Hace apenas diez díaz parquistas y mariscadores de a flote de Carril ponían el grito en el cielo, una vez más, por el deficiente estado de la zona portuaria e insistía en la necesidad de un dragado. Portos de Galicia asume la importancia de esa mejora y se compromete a ejecutarla, dando la razón por tanto a profesionales del mar como Carlos Berride, que además de parquista es miembro de la junta general de la cofradía de pescadores.

En nombre propio y en representación de otros muchos damnificados, Carlos Berride señalaba en FARO que "hay gente que vierte concha indiscriminadamente en la zona y el calado es cada vez menor, por lo que cada vez es más complicado atracar o salir a faenar; en ocasiones tenemos que zarpar media hora antes de lo que sería necesario para así poder pasar con la lancha, ya que en caso contrario nos quedaríamos atrapados al bajar la marea". Y ya advertía de que "si esto sigue así dentro de un año será imposible entrar o salir con los barcos".

Según sus propias palabras la zona portuaria se ha deteriorado porque "la gente lleva el estiércol a la rampa y las estacas y piedras de algunos viveros se mueven comiendo terreno al canal de entrada al muelle"; sin olvidar que "en la punta del dique incluso permitieron ampliar un parque de cultivo depositando arena y obstruyendo también la entrada al puerto, de tal forma que donde tenía que haber tres metros de agua en bajamar ahora apenas me da por el tobillo".

Gráficamente aclaró que "el juego de las corrientes hace que la arena tape poco a poco el canal, de ahí que en lugar de diez metros de ancho ahora tenga apenas tres", a lo que se suma el hecho de que en bajamar el dique flotante "queda apoyado en el suelo por sus extremos, por lo que también se deteriora".