El nuevo episodio tóxico que afecta a las rías gallegas y mantiene cerrados prácticamente la mitad de los polígonos mejilloneros, empieza a acechar también a los bancos de infaunales, es decir, las zonas de producción de especies que viven enterradas en el sustrato, como la almeja, el berberecho, la navaja o el longueirón.

Ayer, sin ir más lejos, el Intecmar decretó el cierre de la zona II.2 de Vigo, es decir, la más próxima al puente de Rande. Se suma así a otras en las que ya estaba prohibida la extracción de marisco, por lo que únicamente quedan disponibles dos zonas, a la altura de Baiona y en la parte más interior de la ría. Mientras tanto Pontevedra continúa con todas sus zonas abiertas, al igual que sucede en Arousa y Muros-Noia, pero si las células siguen su avance en próximas semanas podrán llegar las prohibiciones para infaunales también a estas aguas.

Con lo que hay menos dudas es con el mejillón, ya que se ve afectado por toxinas como la diarreica (DSP) en todas las rías. Las más perjudicadas siguen siendo las de Vigo, Pontevedra y Muros-Noia, mientras que Arousa empieza a notar las consecuencias. Pero es la que tiene más bateas (2.200), de ahí que el margen de maniobra para efectuar las frenéticas descargas actuales sea mayor.