La auditoría encargada por el Concello de Vilagarcía para conocer la situación de la red del saneamiento con el fin decidir las medidas correctoras necesarias para acabar con los constantes vertidos incontrolados a la playa y al río de O Con, ha puesto de manifiesto que existen bombas en buen estado, pero incapaces de tratar el caudal de aguas residuales que reciben y otras totalmente obsoletas que necesitan sustitución. A esto se le suma el problema generado por las toallitas higiénicas que obliga a limpiar diariamente los cestones para evitar averías, lo que supone un coste anual de 200.000 euros.

Los técnicos de la delegación viguesa de la multinacional suiza Sulzer Pumps Wastewater fueron los encargados de chequear las 52 estaciones de bombeo del saneamiento municipal. Realizaron un detallado trabajo señalando las características y situaciones de los equipos, así como las posibles actuaciones para mejorar su funcionamiento, además de soluciones en materia de eficiencia energética y ahorro en los costes del mantenimiento.

La decisión de contratación de la auditoría se basa en que, a pesar de las actuaciones llevadas a cabo para mejorar la red, continúan produciéndose vertidos incontrolados de aguas residuales al río y al mar. El gobierno municipal entendió que para acabar con esta problemática medioambiental había que conocer primero las debilidades de la red para ejecutar después los trabajos más adecuados y así obtener resultados positivos. La auditoría se basó en un trabajo de campo durante quince días y consistió en la visita y estudio de cada una de las estaciones de bombeo.

Los técnicos de la empresa auditora presentaron ayer las conclusiones de su trabajo explicando al detalle el estado de los equipos, así como el caudal que reciben e incluso el contenido del mismo.

Las principales conclusiones de estos datos técnicos son que por un lado existen bombeos en buen estado que no se ajustan al caudal que reciben, y otros que están obsoletos y deben cambiarse.

Desde la perspectiva del ahorro, los técnicos proponen la reutilización y aprovechamiento de las bombas que se retiran, determinando ya los pozos con menor caudal en los que se podrían reinstalar y en los que ofrecerían un correcto servicio, aumentando los equipos existentes o sustituyendo otros obsoletos y en mal estado.

El estudio también incide en causas ajenas al estado de las estaciones de bombeo y que son las causantes de la mayor parte de las averías. En este caso el principal problema lo constituyen las toallitas higiénicas que se tiran al retrete, atascando la red y colapsando los bombeos. Los técnicos apuntan que además de los perjuicios medioambientales que provocan, hay una grave repercusión económica, ya que se estima que el coste de la limpieza diaria de los cestones para la retirada de las toallitas con el fin de no colapsar los bombeos supone un gasto añadido a las arcas municipales de unos 200.000 euros.

Con la auditoría en manos del concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, una de las primeras medidas que adoptará el gobierno municipal es la redistribución de los bombeos existentes recolocándolos en los lugares adecuados al caudal que reciben. Esta actuación no conlleva gasto.

Lo que sí supone una inversión muy importante, según lo indicado por el gobierno municipal es la actualización y puesta a punto de los 52 bombeos, por lo que la ejecución de las obras se irá repartiendo en distintos ejercicios económicos.

El plan de inversiones para el saneamiento comienza este año ya que en los Presupuestos Municipales de 2016 se proyectaron varias obras. Estas se realizarán bajo las instrucciones aportadas en la auditoría, siguiendo los criterios de eficiencia energética y ahorro en el coste de las operaciones y de mantenimiento.