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Las Olimpiadas se juegan en el colegio A Lomba

Los alumnos de Infantil sacaron su vena de atletas y lucharon por las medallas animados por sus padres y la mascota "Xunqui"

A pocas semanas de que comiencen las Olimpiadas, el campo Manuel Jiménez emuló al Estadio Olímpico de Río de Janeiro y acogió una particular competición deportiva que tuvo como protagonistas a los alumnos de Infantil del colegio A Lomba y a sus padres. Desfilaron como si de auténticos atletas se tratara antes de meterse de lleno en el torneo, con pruebas como salto de longitud, hockey sobre hierba, carreras de relevos o gimnasia rítmica y todo sin que faltase el más mínimo detalle, como el vestuario. Los pequeños deportistas -un total de 102 de entre tres y cinco años- vistieron camisetas pintadas por ellos mismos, marcando las huellas de sus manos con los colores de los anillos olímpicos. Estuvieron arropados por la mascota "Xunqui", creada por los propios niños y que no paró de animar el cotarro durante toda la mañana.

VER GALERÍA | La mascota "Xunqui" y un joven atleta del CEIP A Lomba. // Iñaki AbellaLa mascota "Xunqui" y un joven atleta del CEIP A Lomba. // Iñaki Abella

Con sus papás jaleando cada una de sus acciones, los escolares pusieron todo su empeño en alcanzar el triunfo, porque para premiarlos había medallas. No eran de oro, pero tenían tanto o más valor como si lo fueran porque las hicieron con todo su cariño los padres de los alumnos, que se sacudieron la vergüenza y tiraron de imaginación para que no faltase de nada en los Juegos Olímpicos del colegio A Lomba. Se vistieron de animadoras y agitaron los pompones hasta la saciedad, se enfundaron la bata de médicos para atender posibles lesiones entre los atletas y o ejercieron de árbitros, haciendo sonar sus silbatos y llamando la atención con unas coloristas gafas con la forma de los aros olímpicos. Todo un ejercicio de imaginación por su parte con el único objetivo de hacer de esta una jornada fantástica e inolvidable para sus hijos.

Todos -padres, niños y profesores- disputaron como última prueba un maratón y después movieron las caderas con una coreografía a modo de ceremonia de clausura. Contaron con la colaboración de DJ Javi Solla, que les dio las pautas para preparar el baile y, además, de forma totalmente altruista y desinteresada, puso la animación musical durante toda la mañana.

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