La publicación del informe de impacto ambiental es el primer paso para desbloquear una de las concentraciones parcelarias que más problemas ha dado en los últimos años, la de la parroquia vilanovesa de Baión.

Iniciada en el año 2000, la parcelaria de Baión apenas ha avanzado en cerca de dos décadas. Así lo reconoce el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, que ayer valoraba de forma muy positiva la publicación del informe de impacto ambiental que "llevamos esperando mucho tiempo para sacar adelante un proyecto que permitirá aprovechar mejor las fincas para su explotación agrícola".

Este informe de impacto ambiental se centra, sobre todo, en analizar las zonas inundables próximas al río Umia, que se han convertido en un problema para el desarrollo de la parcelaria. Con este informe, desde el Concello se espera que se puedan desarrollar, lo antes posible, las siguientes fases de actuación, como la apertura de caminos, ya realizada en otras parcelarias que comenzaron mucho después, o la delimitación de los polígonos.

La parcelaria de Baión ya cuenta con sus bases definitivas y afecta a 698 hectáreas, de las que se han excluido los núcleos rurales o el polígono industrial. El número total de propietarios es de 1.052, mientras que las parcelas afectadas es de 6.194, lo que da idea del minifundismo que existe en una de las parroquias más rurales de Vilanova de Arousa y de la necesidad de dar un cambio a esta situación.

La de Baión no es la única parcelaria que se encuentra en marcha en Vilanova de Arousa. Otra que también cuenta con las bases definitivas aprobadas es la de la vecina parroquia de Tremoedo. En esta zona, la parcelaria afecta a 419 hectáreas de superficie, repartidas en 5.679 fincas y con 1.429 propietarios. Esta concentración comenzó a desarrollarse en septiembre de 2001, más de un año después de la de Baión, y ya se encuentra bastante más avanzada que la de su vecina parroquia al no encontrarse tantos problemas la administración para proceder a su desarrollo. En ambas parroquias se celebraron varias reuniones en las que participó el delegado de la Xunta en Pontevedra, el cambadés José Manuel Cores Tourís.