La Feria Internacional de Ornitología (FIO) que se celebra este fin de semana en el parque natural extremeño de Monfragüe es uno de los principales escaparates para localidades como O Grove, que apostaron en su día por el turismo ornitológico, al disponer de un área, como es la ensenada de O Bao, donde cada año pasan el invierno miles de aves migratorias. La delegación grovense está formada por la concejala de Medio Ambiente, Ángeles Domínguez y por el técnico Francisco Meis, y una de las claves de su trabajo consiste en vender O Grove no solo como el destino ideal para los que desean avistar aves, sino también como una potencia en cultura o gastronomía. "Este año se ha notado de una forma destacada como los comercializadores turísticos buscaban en los destinos no solo un producto específico de turismo ornitológico, sino un destino global que combine naturaleza, gastronomía y cultura", explica el Ayuntamiento en un comunicado.

Por ello, el Concello distribuye material promocional en su caseta de la feria no solo relativo al avistamiento de aves y su proyecto PIO, sino también sobre la Festa do Marisco, las playas o los recursos culturales de que dispone la población, como el Museo da Salazón. En este sentido, la delegación grovense señala que mientras el primer día de la feria el público asistente era fundamentalmente especializado en ornitología, en la segunda jornada (la de ayer) el perfil ya era más generalista. Estos últimos, según el Concello, "buscan un destino más complejo y diferente".

Los grovenses desplazados a Monfragüe apuntan igualmente que "son numerosas las administraciones públicas y las empresas que están apostando por un modelo sostenible de ecoturismo". Finalmente, participaron en una jornada de trabajo en la que entablaron contacto con empresarios de varios países europeos.

La feria de Extremadura no solo atrae a la administración pública grovense. También han acudido a título particular algunos empresarios, caso de Raúl Fraga, gerente de Mares do Grove, una empresa de barcos de paseo.