El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, explicó ayer que Inspección detectó "deficiencias" en los lugares donde las empresas malagueñas (Perea Rojas y Servicol) procesaban la comida en Santiago, elaborada previamente en Málaga. Después de este largo procedimiento, se repartía por los comedores escolares y allí el personal de cocina y de cuidado de los niños (ha sido subrogado) calentaba las bandejas en unos hornos. El conselleiro admitió que con la investigación iniciada pudo comprobarse que las alertas de los padres "eran ciertas" . Ante esta situación, Rodríguez reivindicó la "rapidez" con la que actuó la administración gallega, pues pese al cambio de empresas, los comensales no estuvieron ningún día sin servicio.

Por su parte, desde CIG-Ensino piden a la Xunta que asuma la gestión directa de los comedores escolares, renunciando así al sistema de catering. "Los problemas persistirán siempre que sea una empresa privada quien tenga la adjudicación, puesto que nunca dejarán de primar su beneficio económico sobre la calidad del servicio que ofrecen", declaran desde el sindicato, que carga contra Educación por reaccionar "tarde y mal" ante las deficiencias en los comedores.