Miguel Otero Prol se suma a una larga lista de grovenses que triunfan lejos de las fronteras de O Bao. Nació en la villa meca en 1970 y cuando alcanzó la mayoría de edad empezó a trabajar en el sector hostelero de las Islas Canarias. Plenamente asentado en Tenerife, donde vive con su esposa y sus suegros, ha conseguido el premio al mejor jefe de sala, concedido por un medio de comunicación insular, el "Diario de Avisos".
Se trata, por tanto, de un reconocimiento más para los mecos, y sobre todo para aquellos que por unas causas u otras han emigrado y se han instalado con éxito en el exterior.
Como también es un reconocimiento a la hostelería local, ya que Miguel Otero no solo aprendió a dar sus primeros pasos en su villa natal, sino que en ella también se formó como hostelero. Pero claro, lo lleva en la sangre y lo mamó desde pequeño, pues sus padres también trabajaron en el mismo sector, con el Gran Hotel La Toja como principal referencia.
La primera incursión de Miguel Otero Prol en este sector se produjo en un mítico establecimiento de su localidad natal, la taberna Lavandeiro. Fue cuando era solo un adolescente, en los años ochenta. Aquella experiencia le permitió pasar a formar parte de un conocido hotel de la villa, el Serantes,
Pero le llegó el momento de hacer el servicio militar y aprovechó que tenía que abandonar O Grove para irse a vivir a Tenerife, donde comenzó una brillante carrera que le permitió ganar experiencia año tras año hasta convertirse en uno de los profesionales mejor valorados de las islas afortunadas.
A pesar de la "morriña" que le invade, sobre todo en "fechas señaladas como la Festa do Marisco o la Navidad", Miguel Otero se adaptó a la perfección, primero trabajando en el hotel tinerfeño Oasis Moreque y después en el restaurante Málaga y en la cadena Little Italy, también en Tenerife, donde fue encargado hasta 2006.
Continuó su carrera en el hotel de lujo Jardines Nivaria, de cinco estrellas y en 2007 fichó por el Gran Hotel Bahía del Duque, que es donde se encuentra el restaurante Las Aguas en el que ejerce como jefe de sala desde 2010; trabajo por el que ahora recibe el premio.
Otero Prol, que visita O Grove ocasionalmente -la última vez hace un par de años- está ilusionado y muy orgulloso con el galardón que le entregan el lunes, el cual considera un reconocimiento no solo a su carrera, sino al trabajo de todos sus compañeros.
Como también son suyos, en cierto modo, los numerosos premios obtenidos por quienes trabajan a su lado, ya que el jefe de cocina ganó el Madrid Fusion en 2008 y el segundo jefe fue galardonado en Canarias y Valladolid.
Además, su restaurante tiene dos "soles" en la Guía Repsol y logró el premio al mejor restaurante de hotel de Canarias, entre otras muchas distinciones de las que también se siente orgulloso.
Y puede estarlo, pues quienes le conceden el premio reconocen su gran trabajo al frente de una sala que recibe una media de 40 comensales. "Bajo su batuta están actualmente seis personas", explican.
