El alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, manifestó ayer en referencia a los planes de la familia Rey de tirar las naves ilegalizables de la antigua Megasa que "se está haciendo lo que se tenía que hacer, y es bueno para todos". Los propietarios de la histórica fábrica arousana presentaron en el Ayuntamiento un estudio de detalle en el que plantean el derribo de las edificaciones que están fuera de ordenación. El documento se analizó en la reunión de la gerencia de Urbanismo celebrada esta semana, y salió aprobado.

De todos modos, todavía quedan trámites administrativos por delante. Así, el Ayuntamiento tendrá que ratificar su visto bueno al estudio de detalle de los Rey en una junta de gobierno o el pleno, y también habrá un periodo de exposición al público y de presentación de alegaciones.

En cualquier caso, Fole opina que el paso dado por la familia Rey es positivo tanto para ellos, pues les permitirá regularizar de una vez por todas la parcela, como para el conjunto de los ciudadanos, pues sienta las bases para una futura reordenación de todo el entorno del solar, que se encuentra en As Carolinas, una de las principales entradas a la ciudad de Vilagarcía.

Si bien en el estudio de detalle que se abordó en la gerencia de Urbanismo solo figuran cuestiones técnicas y no se plantean futuros usos, fuentes consultadas apuntan que la familia Rey querría dejar la nave principal -de unos 9.000 metros cuadrados- y la parcela para un establecimiento comercial.

En este sentido, el alcalde de Vilagarcía explicó que por el momento los propietarios no han solicitado ningún cambio en la calificación del suelo, que en la actualidad es industrial y comercial. Si no se modifica, la finca no podría ser destinada a viviendas o a zona verde, que son dos de los usos de los que se habló hace unos años, cuando Impress compró Megasa y aludió al traslado de la actividad.

En ese momento, la multinacional pidió al Ayuntamiento garantías para poder seguir trabajando durante un tiempo, y desde Ravella se hicieron gestiones ante la Xunta de Galicia para que también la administración autonómica concediese una moratoria a la industria, que daba empleo entonces a más de un centenar de personas.

A cambio, la empresa se comprometía a regularizar la situación de la parcela. Eso es lo que están haciendo ahora los Rey.