Después del robo y los destrozos en la iglesia de Carril (Vilagarcía), apenas seis días antes, los ladrones han actuado en la madrugada de ayer en el templo parroquial de San Vicente de O Grove. Las pérdidas económicas no son importantes, pero los daños materiales han sido muy elevados.

El cura párroco, Juan Ventura Martínez, no da crédito a lo sucedido, condena los hechos y se felicita porque, al menos, se han salvado los objetos de plata, algunos de enorme valor sentimental y económico. A que las pérdidas económicas no fueran más importantes ha contribuido, sobre todo, el hecho de que el templo se encuentra en obras, lo cual hace que las imágenes de los santos y algunos objetos más estén tapados.

Fue ayer por la mañana, en el momento en que la sacristana iba a regar las flores del cementerio, cuando comprobó que la puerta de un local anexo a la iglesia estaba destrozada. Es un pequeño habitáculo en el que se realizan actividades socioculturales e infantiles y donde el cura Ventura, muy querido en la parroquia, toca la guitarra y ayuda a los niños y vecinos en general.

Hace justamente un año que se colocó una puerta de aluminio en ese local, "pero la reventaron por completo", explica el sacerdote.

Una vez dentro, el autor o autores de estos hechos -se cree que fueron varios- dejaron un proyector audiovisual, pero se llevaron la guitarra del cura y un ordenador portátil.

Minutos después, pudo comprobarse que la iglesia no se había librado del asalto. Los ladrones intentaron acceder por el tejado de la sacristía y lo destrozaron para ello. Pero no lo consiguieron, porque bajo las tejas hay piedra.

Acto seguido parece que quisieron entrar por la puerta principal, en la que también causaron daños, y finalmente consiguieron consumar el asalto al templo mediante una entrada lateral, igualmente rota.

"Una vez dentro debieron sorprenderse mucho al ver que la iglesia está patas arriba a causa de las obras de encintando de las paredes y demás mejoras -relata el párroco-, y se ve que lo que buscaban era dinero, ya que dejaron el cáliz y otros objetos de plata".

Lo que rompieron los asaltantes fueron los cepillos, "aunque ahora ya no se recoge tantos donativos como antes, y además estaban todos vacíos menos uno, en el que había dos euros y medio". Dado que el botín era escaso los autores del robo siguieron causando destrozos y rompieron el lampadario, el artefacto en el que se deposita dinero para hacer que se encienda una o varias velas. Lo más curioso en este caso es que la puerta del monedero estaba abierta, pero se ve que los cacos no se dieron cuenta de ello y lo rompieron igualmente para llevarse el botín. "Pero el lampadario estaba vacío, ya que a causa de las obras decidí vaciar todo", relata el cura. "A veces se reúnen unos 20 euros al menos -matiza- y cada dos o tres días saco de los cepillos cuatro o cinco euros, pero esta vez los ladrones tuvieron que conformarse con muy poco". Es por ello que la principal preocupación para Juan Ventura "son los importantes destrozos que han causado los asaltantes, quienes tuvieron que emplear mucho tiempo para hacer todo esto".

Aún nervioso, el cura acudió al cuartel de la Guardia Civil para presentar la denuncia. En ese instante explicaba que cuando lo avisaron de lo sucedido lo primero que pensó fue "que se habían llevado la plata, y sobre todo que habrían robado la custodia, que es una pieza muy antigua y de gran valor, pero afortunadamente no fue así".

Hay que explicar que la custodia es el recipiente que diseñó la iglesia católica para exhibir las hostias consagradas. En el robo de la iglesia de Carril los autores del mismo también dejaron objetos de plata, pero se llevaron la custodia, que al parecer siempre guardan en otro lugar, pero que el día del asalto estaba en el templo, aunque escondida.

En el caso de O Grove sucede algo así, ya que "normalmente la custodia y otros objetos de más valor están guardados en la casa rectoral de San Martiño, pero como usamos la custodia hace unos días quedó en la iglesia, y afortunadamente no se la llevaron".