La necesidad de poner orden en la actividad productiva, y sobre todo la conveniencia de reubicar algunos parques de cultivo flotantes, toda vez que la estructuración realizada en los años ochenta se ha quedado obsoleta, obligan a la Consellería do Mar a ejecutar un Plan de Ordenación de los Cultivos en Zona Marítima que afecta tanto a productores de mejillón y ostra como a cofradías de pescadores y agrupaciones de mariscadores.

Este nuevo plan de ordenación integral de la zona marítima está ideado para mejorar el desarrollo de la acuicultura, delimitar las diferentes zonas productivas y determinar qué tipo de cultivo es más conveniente en cada una de ellas.

Se trata, también, de regular los cultivos experimentales, la reinstalación de viveros o cuadrículas y la utilización de zonas y bateas de reparqueo, es decir, los utilizados para tratar de minimizar los efectos de las biotoxinas marinas.

Este documento, que va a concretar qué especies están permitidas, cuáles son compatibles y qué productos se prohibe cultivar, está aún en fase de consulta, pero se perfila ya como una herramienta clave para la actividad futura de los subsectores productivos, extractivos y/o acuícolas de la comunidad.

De ahí que la Consellería do Mar, que dirige Rosa Quintana, quiera contar con la colaboración del propio sector y lo convoque para esta tarde, en el Auditorio de Vilagarcía. En este marco va a tratarse, por ejemplo, la necesidad de reordenar polígonos y reubicar bateas para que la actividad contemple una serie de parámetros que, o bien no existían, o no se tuvieron en cuenta en la reordenación de los cultivos marinos flotantes realizada hace tres décadas.

"La experiencia alcanzada en los últimos años y la necesidad de modernizar y adecuar la actual situación hacen necesaria una distribución apropiada de las instalaciones productivas", esgrimen en la Consellería do Mar, donde son conscientes también de que las autorizaciones temporales de carácter experimental explotadas hasta ahora sacaron a relucir nuevas estructuras y técnicas de cultivo, así como la posibilidad de incorporar nuevas especies al plano acuícola, actualmente indiscutiblemente liderado por el mejillón, con la ostra en una discreta segunda posición. Incorporar el cultivo de esas especies y aplicar las nuevas tecnologías descubiertas en los últimos años son otros factores que, a juicio de Mar, avalan la redacción del nuevo plan de ordenación.

No menos importante resulta que exista una enorme variedad entre los cultivos, con 3.362 cuadrículas dedicadas a mejillón, 101 para ostra, 75 de policultivos y 193 instalaciones de carácter experimental.

Con todos estos argumentos en la mano "se hace imprescindible establecer los mecanismos apropiados, que permitan la ordenación de la acuicultura en la zona marítima y eviten que los cultivos supongan un perjuicio para otras actividades, evitando también interferencias negativas entre los distintos viveros, entre las especies cultivadas o entre las distintas actividades relacionadas con el cultivo", se explica en el borrador del Plan de Ordenación de los Cultivos.

Conseguir "una solución integral, que permita la planificación del medio marino y de sus usos", se antoja igual de necesario al constatar que diferentes productores solicitaron el cambio de cultivo –por ejemplo para dejar de producir ostra y emplear las bateas para mejillón– y que alguno de ellos tiene incluso el respaldo de los tribunales de justicia.

Esto supone que una batea que antes producía ostra puede introducirse ahora en un polígono bateeiro concreto y empezar a cultivar mejillón, con los perjuicios que esto puede suponer para otros bateeiros ya instalados en esa zona, de ahí la conveniencia de elaborar un articulado que ponga un poco de orden en todo esto y que, además, obedezca a los postulados de la nueva Lei de Pesca de Galicia, entre cuyos fines está "impulsar el desarrollo y la ordenación responsable de la acuicultura marina" para tratar de conseguir "un óptimo aprovechamiento del potencial productivo, respetando el medio ambiente y aumentando y promoviendo la competitividad, así como la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de las personas que se dedican a esta actividad y contribuyen al desarrollo socioeconómico de las comunidades costeras".