Las fiestas tradicionales, las de toda la vida, esas de rosquillas, gaiteiros y procesiones con velas, van, poco a poco, siendo desplazadas por las grandes orquestas, las atracciones para los más pequeños y los puestos ambulantes que venden los objetos más extraños. Lo que no se suele ver, es que a una fiesta, y sobre todo a una celebración patronal, le falle su elemento más tradicional: la religión. Pero en Bamio ha pasado, y el conflicto entre el párroco y los vecinos amenaza con que el domingo, si no hay cambios de última hora, se celebre el San Xinés sin misa para el santo.

La asociación de fiestas de la parroquia vilagarciana se muestra tajante: "Entraremos a la capilla, cogeremos el santo y haremos la procesión con gaiteiros y todo, pero sin misa", asegura su presidenta Elisabeth Conde.

El conflicto lo originan las llaves de la capilla de San Xoán, que en la actualidad poseen los vecinos, quienes aseguran que el edificio es de su propiedad. Por el otro lado está el cura, Leopoldo Barreiro, que exige las llaves reiterando que es la iglesia católica la dueña de la capilla.

El caso llegó el martes hasta la asamblea vecinal en la que los habitantes de Bamio decidieron por amplia mayoría no darle las llaves al párroco, aun a riesgo de no tener quien les oficie la misa durante el día de su patrón.

Y eso es lo que ha ocurrido, Leopoldo Barreiro cumple con su palabra y no dará misa ni acudirá a la procesión del domingo, pero el pueblo de Bamio no va a renunciar a su fiesta.

Contra viento y marea, desde la comisión de fiestas prometen procesión, santo, gaiteiros y todo lo habitual, pero sin cura y sin misa. La Iglesia no estará del lado del santo, que al parecer prefiere quedarse por esta vez con el pueblo de Bamio.

La posición planteada desde un inicio por el párroco, solicitando las llaves en señal de respeto a la autoridad eclesiástica, fue considerada por los vecinos como "un chantaje". En una muestra de voluntad de diálogo, los propios vecinos invitaron al cura a la asamblea del martes, pero éste decidió no acudir.

Son muchas las voces críticas que se escuchan en Bamio contra el párroco, pero éstas se mezclan con aquellas que piden que la fiesta se celebre como siempre, y que se ceda ante el cura por unos días, aunque después se retome la discusión.

Con llaves o sin ellas, la capilla no estará cerrada para el día del patrón, aunque los vecinos se queden sin Padre Nuestro.