Algunos de los médicos jubilados que fueron protagonistas de la transferencia de competencias visitaron ayer la exposición. Alberto Sierra, jefe del servicio de Cirugía durante 12 años recuerda su trabajo en la nueva residencia "con mucha ilusión, esperando levantarse al día siguiente para volver allí". Asegura que ningún enfermo quedaba sin ver ni un solo día. "Éramos 15 o 16 médicos en total y nos ayudábamos unos a otros", relata. Fue un comienzo "pobre y lento" en cuanto a medios que reforzó su vocación: "Cuando me jubilé, hace 16 años, me seguía gustando como al principio", recuerda Alberto Sierra.

Andrés Castro fue jefe de Anestesia y Reanimación y uno de los que estrenó la residencia. Fueron años "ilusionantes y de mucha camaradería". Al tiempo, el equipo inaugural era consciente del "cambio tan importante que protagonizaba". A partir de entonces se vivieron "avances tremendos para la sanidad; en mi servicio conseguimos una unidad para el Tratamiento del Dolor casi pionera y una unidad de Reanimación de las mejores de España", relata el doctor Castro.

José Luis Doval, actual jefe del servicio de Ginecología, también vivió aquel cambio. Lo más importante, dice, "es que las decisiones empezaron a tomarse desde aquí, por gestores de nuestro entorno". La dotación económica no era suficiente, pero "era el momento de asumirlo si no queríamos sufrir años de retraso".