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Saludar por los pasillos

Arrimadas y Torrent, pugna simbólica en momentos de desazón

Petición de que los diputados independentistas saluden a los de Cs por los pasillos del Parlament, invitaciones a recuperar el "seny" y la convivencia? Inés Arrimadas parece decidida a ejercer de árbitro en la Cámara catalana. El árbitro que no está siendo Roger Torrent, que anda demasiado ocupado en evitarse y evitar a los suyos más problemas judiciales, mientras simbólicamente se deja erigir en referente del soberanismo en momentos de desazón.

"¿Cuánto más vamos a tener que esperar para poder saludarnos por el pasillo, señoras y señores del 'procés'?", preguntaba Arrimadas en el pleno (simbólico) del sábado 24, cuando Turull, presidenciable dos días antes, era ya presidiario. El miércoles 28, en otra sesión del mismo cariz, espetaba a los soberanistas: "Nosotros sabemos que hay muchos catalanes con los sentimientos que ustedes expresan y los respetamos. La pregunta es si ustedes respetan a todos aquellos que están indignados con el 'procés', porque también son Cataluña".

Arrimadas no pudo cobrarse la dimisión de Torrent, pero ahora que todo es simbólico (porque nada se ejecuta salvo las resoluciones judiciales), la ganadora del 21-D se postula como moderada y moderadora en tiempos de barro, inacción y desbandada. Y empieza a librar una mediática pugna con Torrent en la que él persigue el imposible de respetar los derechos del recluso de Neumünster sin colgarse más dogales jurídicos, y ella le corrige sus continuos discursos de parte.

En realidad, todo es un despropósito. Por parte y parte. Torrent no tiene más recorrido que el que le deja la negativa de Puigdemont a renunciar al acta (es decir, ninguno) y Arrimadas, vencedora pírrica de los comicios, no puede ser presidenta de la Generalitat ni bajar a Torrent de la Mesa. Pero los dos van consolidando posiciones para cuando el barro desaparezca el 22 de mayo.

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