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El meollo

La cosa y el coso

El meollo de la cuestión está en adivinar si a fuerza de tarascada va, tarascada viene, año tras año, sin cesar la embestida al capote, el denostado contrato de alquiler entre la empresa de la plaza de toros y el Ayuntamiento de Pontevedra, que Marea llama "subvención encubierta", corre el peligro de irse al garete en cualquier momento y quedarse fuera del presupuesto municipal. Entre la cosa y el coso anda este enredo.

Si contra las "subvenciones encubiertas" estamos, yo recomendaría a Luís Rey&Cía que prestara un poquito más de atención a todo lo que se mueve a su alrededor en Michelena 30. Hay ejemplos sumamente ilustrativos y nada gratificantes para dar y tomar en un ambiente tan clientelista.

Pero si hablamos de tauromaquia, nadie en su sano juicio puede creerse que Eduardo Lozano y Pedro Rivas dejarían a Pontevedra sin corridas en el coso de San Roque por la supresión de ese contratillo de alquiler de 38.500 euros. La cantidad ayuda, sin duda, a sufragar un coste elevado, pero no resulta determinante en absoluto. O sea que no es condición sine qua non para cargarse una feria taurina más que centenaria, que goza de buena salud. O prohibición pura y dura, o nada.

María Rey (CDs) y Paloma Castro (PSOE) acaban de sumarse al postulado de Marea sobre el maltrato animal. La endemoniada propuesta, por tanto, reúne cada vez más votos y compañeros de viaje en la corporación pontevedresa. Sin embargo, hay que poner en duda que los respectivos partidos de ambas concejalas mantengan esa misma postura anti taurina en toda España por igual. De hecho, está demostrado que no sucede tal cosa.

De cualquier forma, a fuerza de tanto arreciar en la campaña, no puede descartarse, ni mucho menos, que el equipo de gobierno del BNG arroje un mal día la toalla, salga del armario y se libere de esa incómoda situación del estamos en contra, pero nos pronunciamos a favor. Todo o casi todo a cuenta de un torneo medieval de mentirijillas en la Feira Franca.

Curiosamente, las mujeres llevaron la voz cantante en este debate plenario, no me atrevo a imaginar su motivación última por si acaso. Pero Carmen Moreira argumentó para defender su postura anti taurina que hay que escuchar a la sociedad pontevedresa, sin explicar muy bien dónde resuena exactamente ese clamor tan grande que oye la concejala de Marea.

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