El Puerto de Marín ve desde el pasado lunes un poco más claro su horizonte. Ha quedado asumido por el Tribunal Supremo, nada menos, el recurso presentado y se ha dado ya un paso más hacia la normalización para que la rada marinense pueda cumplir sus principales objetivos recuperando aquella calificación de "pequeño gran puerto" que alguien le dio allá por los noventa cuando se inició su necesario desarrollo.
Que continuará la normalización hasta que se acabe la zozobra, no me cabe la menor duda, y que siga siendo tan importante motor económico para esta comarca, tampoco, a pesar de tener, sorprendentemente, los enemigos en casa que es lo más rocambolesco que puede pasarle a cualquiera. Por ese lado, lo que sea ya arderá, y lo iremos viendo.
Pero siendo cierto que la dinamita se pone desde dentro, también lo es que nuestro puerto sufre de los ataques de insaciables externos a los que nada les llega e, históricamente, han ido tratando de minar cualquier progreso, cualquier promoción, cualquier mejora a la que tenemos derecho los vecinos y habitantes de nuestro entorno, sobre todo cuando hemos pagado con creces el peaje de haber perdido lo mejor de nuestro litoral urbano en aras de una promoción económica diseñada hace más de 130 años cuando, desde el Estado mismo, se decidió dar al de Marín el rango de Puerto de Interés General del Estado, con todo lo que ello significa.
El pasado viernes hemos podido leer en este periódico declaraciones desde Vigo de "fuentes conocedoras de las operaciones de la armadora (se refieren a la Maerks) en el sur de Galicia" sin que se defina en el artículo qué fuentes son esas, restando toda capacidad del Puerto de Marín para sostener el tráfico que se inició con el gigante naviero hace meses y que se desarrolla con total éxito reconocido por la propia empresa.
Se atreven a asegurar que "el puerto de Marín no tiene calado ni medios" y a criticar las infraestructuras de que dispone esta rada cuyos empresarios, en este caso, han dado un ejemplo de compromiso tras haber ganado un tráfico por medio de una subasta legal y libre entre empresas, haciendo fuertes inversiones para garantizar la operatividad ante tan importante reto, y aún sabiendo que, la decisión de las navieras, depende de subastas así que hoy te dan trabajo y mañana te lo quitan, sobre todo, si no ofreces el servicio adecuado.
Ampliación de grúas, dotación de remolcadores de primera clase y compromiso humano del personal que trabaja en el Puerto a todos los niveles, han venido dando ejemplo de cumplimiento hasta el punto en que no hubo ni un solo retraso en entradas y salidas de los barcos de cualquier tamaño que han venido a Marín en los últimos meses, lo que dice mucho de la eficiencia del servicio portuario a lo largo y a lo ancho.
Que vengan ahora fantasmagóricas "fuentes conocedoras?", sin que den la cara, a decir lo contrario es algo que hace sospechar que se "trabaja" soterradamente para minar, una vez más, el progreso del puerto marinense y machacar a los empresarios que invierten aquí y arriesgan su capital para favorecimiento propio, ¡faltaría más!, pero también para generar la riqueza que sostiene a miles de familias de todo el entorno.
Vigo es un gran puerto, ya lo sabemos. Tiene la mayor y seguramente mejor lonja de pescado de toda España e incluso de Europa, también es cierto, y nadie niega su capacidad para atender tráficos como los que ofrece la gigantesca Maerks. Pero eso no le da derecho a sus autoridades, a sus empresarios y a las "fuentes conocedoras?" a menospreciar a los demás puertos como el de Marín que, les guste o no, tiene sus ventajas también y sobre todo su eficiencia a la hora de cumplir sus compromisos.
Y a los marinenses se les están hinchando los "cogollos" ante tanto menosprecio. Porque ya está bien, mejor dicho, mal.
