Una tarde de primavera hace 20 años salía a la calle la Banda de Música del Ateneo Santa Cecilia. Al frente un joven director que, meses antes se había puesto a trabajar con el ánimo de la junta directiva de la asociación cultural, que por entonces, dirigía Isabel Martínez Epifanio, para crear aquel grupo. Era Alfredo Sánchez Murcia, uno de los profesores de la Banda Militar de la Escuela Naval, que contó con veteranos y conocidos músicos que quisieron estar a su lado para poner en marcha una agrupación que fue perdiendo a muchos de ellos por fallecimiento o edad avanzada pero fue, contrariamente, ganando jóvenes salidos de la escuela de la propia banda. El pasado domingo Alfredo Sánchez Murcia anunció, en el transcurso del concierto de Santa Cecilia, su retirada por motivos personales, o acaso por cansancio en el cargo, y entre los músicos y el público hubo lágrimas que también fueron difíciles de contener por él mismo. Más de veinte años de altruista dedicación, abriendo el camino de la vida a muchísimos jóvenes y sosteniendo una agrupación ejemplar como ésta, no son poca cosa y merecen el premio del reconocimiento popular más cariñoso. Alfredo Sánchez, que no es marinense de nacimiento pero sí de corazón, es un ejemplo de amor a su pueblo, a su profesión y a sus alumnos y eso no puede quedar sin premio, ¿oído?, que aquí somos muy dados a hacer "el longuis".