A los que se dedican a hacer encuestas habría que recomendarles que cambien de oficio porque la verdad es que no dan una en el clavo.

A excepción de Galicia, en que acertaron la tercera victoria de Alberto Núñez Feijóo, en el "Brexit" de Inglaterra y en el triunfo de Donald Trump fracasaron estrepitosamente.

Para los que conocemos Norteamérica de norte a sur y de este a oeste, y conocemos al norteamericano, el triunfo de Donald Trump no nos ha sorprendido.

Estamos de acuerdo que los dos candidatos Hillary Clinton y Donald Trump eran mejorables, pero hay cosas que nos pueden sorprender. Un importante empresario gallego, el Sr. Tojeiro, dueño de Gadis, decía que el que no se arruine por lo menos dos veces no merece ser millonario.

Donald Trump es un hombre que se ha hecho a sí mismo y es actualmente millonario después de haberse arruinado varias veces. No se le puede negar su valentía y su tenacidad, imprescindibles para triunfar.

Hillary Clinton es muy rica, no como empresaria sino como alta funcionaria de la administración y a mí me parece grave y turbio.

La administración demócrata de Obama ha llevado a Norteamérica a un endeudamiento importante y a un estado de subvenciones públicas muy propicias para la corrupción.

La administración demócrata ha llevado a Norteamérica al peor momento de sus relaciones con Rusia y esto es un craso error, pues si no queremos volver a la guerra fría Norteamérica tiene que cuidar mucho sus relaciones con Rusia para no obligarla a caer en manos de China, que para Occidente sería muy peligroso.

El discurso de Donald Trump en el momento de la victoria fue muy conciliador, y una cosa es lo que se dice en la campaña electoral y otra es lo que se hace cuando uno tiene la responsabilidad del mando.

No es cierto que el presidente de Norteamérica pueda hacer lo que le da la gana. Queramos o no, el partido Republicano tiene gente de una gran valía y es la depositaria de los grandes valores éticos y de superación que han hecho grande a Norteamérica y que de momento sigue en la vanguardia de la investigación y del progreso.

Norteamérica es el país occidental en el que lo público funciona peor: las comunicaciones por carretera y ferrocarril, la sanidad pública. Pero Donald Trump, en su primer discurso después del triunfo, ha prometido grandes cantidades de dinero en obras públicas. Esto nos va a venir bien a las grandes empresas españolas especializadas en infraestructuras. Hay que esperar y darles por lo menos 100 días de cortesía. Yo estoy convencido de que el pánico en las bolsas europeas de estos días se apaciguarán y volveremos a la tranquilidad y a la recuperación más pronto de lo que nos imaginamos.

Para los occidentales es bueno una Norteamérica fuerte, y que le diga a sus aliados europeos que tienen que aportar más, posiblemente es justo. Europa tiene que salir del marasmo en el que está metido y tiene que espabilar y seguir siendo ella misma, con unos valores cristianos que la han hecho grande. Noruega nos ha dado estos días una gran lección. Se ha negado a construir mezquitas en su país mientras en Arabia Saudita no se dejen construir iglesias cristianas. La valentía es un valor imprescindible para vivir con dignidad.

*Miembro del Club 55