Ni el uno por diez mil de españoles adultos toma en serio los debates de ideas o las controversias político-intelectuales. En este campo podrían incluirse los temas más candentes cuya efervescencia conduce, por ejemplo, a tratar al Gobierno de asesino por recortes derivados de acuerdos europeos cuyo impacto se manifiesta (levemente) en los servicios públicos. Expeditiva forma de cortar por lo sano: a una cuestión complicada se le da una respuesta fullera: ¡Asesinos! Sin embargo, cuando hay fútbol el número de personas que se presentan en urgencias en los hospitales se reduce drásticamente.

En palabras de Peter Sloterdijk, a la pereza intelectual se ha sumado la deflagración en las redes sociales de bajuna y vulgar espontaneidad. Umberto Eco incluso fue más duro al juzgar la impunidad que amparan Twitter o Facebook pues reconociendo lo que de positivo tienen también otorgan derecho de palabra a hordas de imbéciles.

No todo está perdido, quiero creer, mientras la prensa tradicional y blogs solventes compensen, con una opinión menos extensiva pero más fundamentada, el desmadre de la plebe indocta en las redes. Porque a esa plebe no hay que subestimarla al disponer de un combustible que la empuja con terrible potencia: el odio. Frente al odio social, el humor, el buen gusto y la cultura constituyen muros infranqueables. Y echarle arrojo, claro está.

Nada de lo anterior impide que personas inteligentes y bien formadas puedan decir o escribir enormes memeces. Verbigracia, a falta de mejores argumentos acusar al oponente intelectual de agitador, centro-imperialista o intoxicador reaccionario. Lo cierto es que, en España, hasta hace poco ese extremismo inquisitorial solo lo practicaban los nazionalitaristas y portamaletas adjuntos. No exagero: durante años el terrorismo dominó el debate político. Y a los terroristas no les faltó quienes hablaran en su nombre y defendieran sus malas razones si bien hoy día se presentan, innecesario explicar el porqué, en tanto nacionalistas democráticos. Por ello, el monopolio de la memez ya no es exclusivamente nazionalitarista. Actualmente, acostumbrados a excesos argumentales surgidos anteriormente del entorno político equidistante o filoterrorista, cualquier excurso, por bananero que sea, pasa por normal.

Blogs salvíficos

A la fatiga que provoca un ambiente político tan enrarecido y de bajo nivel debo añadir las largas horas de trabajo en el ordenador que me dejan exhausto. A modo de reconstituyente frecuento algunos blogs, discontinuamente mientras estoy al teclado, desde los tiempos en que Arcadi Espada abrió el suyo. Al cerrar el de Arcadi hubo varios intentos, más o menos exitosos, de continuidad. El penúltimo fue el blog de Manuel Jabois. Los herederos espirituales del blog de Jabois -Perroantonio, Srta. Bellpuig y Bremaneur, llamémosles así, por sus nicks- visitan estas páginas y me honran dando cobijo de vez en cuando a mis columnas al tiempo que publicitan Faro de Vigo.

En efecto, çhopsuey fanzine on the rocks (www.chopsuey.es) es un blog muy leído en el que cualquiera puede opinar sin censura. De lo cual no se privan desde amas de casa a lletraferits en agraz pasando por escritores consagrados o ingenieros hispanófonos residentes en Huston. Cada participante se emboza en un apodo - nick name- (que hace las veces de seudónimo) no para insultar impunemente, como sucede en las redes sociales donde impera la canalla, sino, simplemente, por mor de discreción y anonimato. En este blog suele haber semanalmente dos o tres entradas, breves artículos propuestos por los participantes y genialmente ilustrados por la casa, pero casi más interesantes son los comentarios (posts) de los habituales, destacando las mujeres. Lectores/as entran en www.chopsuey.es para divertirse aunque la diversión consista, a veces, en intercambios respecto a temas relativamente serios. Los participantes no son numerosos pero los lectores sí.

Con blogs así, en binomio con la prensa impresa más solvente, la bilis porcina de las redes sociales acabará hirviendo en su propia miseria moral.

Perroantonio

No siendo día de mucho politiqueo, fuera de lo preceptivo, voy a traer algunos ejemplos de posts a riesgo de no suministrar ni una ligera idea de la calidad general de çhopsuey fanzine on the rocks. Este de Perroantonio no está mal: "Por si interesa, informo. Un conocido ha comprado una entrada para la final de la Champions League sin darse cuenta de que la fecha coincidía con su boda. Me lo dice por si alguien puede y quiere ir en su lugar. Es en la iglesia de San Antonio, aquí en Bilbao, la novia se llama Sandra. Está todo pagado, es solo ir y casarse."

Veamos otro ejemplo, de Kenzo esta vez, indicativo de la riqueza polisémica del blog: "Comento con mi hermano la aparición en una de las muchas fuentes públicas de Oviedo de cientos de cangrejos americanos vivos. Los técnicos ven muy difícil su erradicación aunque se remuevan los lodos. Ese afán de erradicar las especies invasoras. Esa melancolía. Leo a Pedro Ugarte en Facebook. También está melancólico: Euskadi, nueva región de España. Se lamenta de que los inmigrantes de Burgos que ayer votaban a HB hoy voten a Podemos. Bueno, los de Podemos son los únicos que aún pasean orgullosos a De Juana Chaos."

Bremaneur

La versatilidad del blog çhopsuey es inaudita, apunta por cualquier esquina. Escribe la entrañable Tareixa: "Tres gatos. Tres maridos. 53 años. Soy yo". Sergio, de nick Bremaneur, es un simpático lirón que vive en Berlín, carpintero, escritor, bibliófilo y erudito. Bremaneur, que subsiste montando estanterías, tiene un mecenas también bloguero: Marquésdecubaslibres, Fernando García de Toledo y Alonso-Quijano, veterinario y cortijero. Bremaneur lleva escritas 1.200 páginas de una novela que será La Regenta del siglo XXI, todo en lo que ha devenido España está ahí: Sodoma y Modorra.

"Me trago las novelas negras como el que zampa espaguetis en medio de una resaca o el que chupetea langostinos en una boda provinciana. Me las trago como la vecina rusa de enfrente todo lo que le meten en la boca, con tanta avidez que ni tiempo tiene de apagar la luz. Tras cerrar el libro ya no recuerdo los nombres de los personajes ni las relaciones que mantenían entre ellos. No sé si la novela está ambientada en los años cuarenta o anteayer. Todo me la trae oscilante y me cuelga como una bolsa del súper con un pulpo dentro. Lo que me interesa son los diálogos vivos, el sarcasmo, el humor negro, la genialidad decadente del protagonista, el ambiente, la humedad, el frío, el calor, el abrigo, el sombrero. La sombra de Alvite. La escena y la atmósfera. Las tramas rebuscadas me resbalan. Jamás sabría explicar qué ha pasado en una de esas novelas milimétricas. Y, sin embargo, tan trepidante y llena de emoción. James Ellroy, tan milimétrico, es un infecto hideputa que me obliga a tomar notas para poder seguirlo. No me extraña que Calaza, con su sadismo rebuscado, lo recomiende. En venganza, en Sodoma y Modorra travisto a Calaza en viajante catalán independentista. Aunque dudo si endosarle el papel de un sicólogo argentino, abstemio y vegano".

El post anterior recibió réplica de Perroantonio, en çhopsuey es habitual el toma y daca deportivamente civilizado.

"Mi interés por la novela negra ha decaído con los años como, en general, ha venido decayendo todo lo que antes era firme. De los clásicos, sólo he leído completo y vuelto a releer un autor, Ross McDonald, que nunca me cansa. Pero recuerdo la conmoción y tantas veces la incomodidad de leer a Jim Thompson o Patricia Highsmith. James Ellroy juega en otra división. No es sólo un autor de novela negra sino que escribe la historia del siglo XX de USA en clave criminal, algo verdaderamente titánico, extraordinario."

Otros logros, los administradores de çhopsuey editaron las desternillantes memorias de Gengis Kant, nick prestigiado, "A kantazo limpio. Memorias de un filósofo". Y de la autoría de Perroantonio, en formato pdf para descargar "Te voy a hacer una autocrítica. Diccionario para entender a los humanos" que roza la genialidad.

MGaussage, llegado recientemente al blog, es un jurista coruñés que animo a escribir profesionalmente porque sin duda tiene madera, a la par de los anteriores.

MGaussage

"Estuve en Valladolid y me pareció una ciudad muy alegre, quizá por contraste con la finalidad del viaje: fui a un entierro. Al llegar ya habían incinerado al pobre Manrique -el cuerpo moreno, canijo y enjuto de un banderillero- que paseó por Galicia con nombre de mesnadero del Cid, arbolando la sonrisa y ese brillo pillo en los ojos que tienen algunas buenas personas. En el comedor de la casa de Manrique, oscuro y amplio, nos sentaron a la mesa. Había un señor con aspecto de fontanero pero resultó ser sacerdote y moderno. Bendijo una botella de cigales sin etiqueta -de las que prohíben vender los de Bruselas- fruto de las vides de allí y el trabajo del hombre. También bendijo una barra de pan gramado, sin sal, del que comen en Castilla. Un pan horrible, de los que al día siguiente, si caen al suelo, se hacen pan rallado sólo del golpe. Los gallegos, con lo del pan, parece que nos hizo la boca un fraile.

A Manrique se lo llevó el cáncer en unos meses y yo me fumé un cigarro en la misma ventana en la que él lo hacía a escondidas de su mujer. Mientras fumaba, pensé de qué coño hablarían él y mi abuelo Amador. Mi abuelo, que también fumaba sus tres paquetes diarios de Ideales, murió de felicidad. Mi padre lo trajo a vivir a Coruña y en seis meses se tornó callado, taciturno, malhumorado y despistado. Una tarde se escapó. Con su terno y la gabardina al brazo, subió al coche de línea para irse a su casa pero el conductor había terminado la jornada. La policía nos lo encontró al día siguiente y mi padre decidió llevarlo donde él quería. A mitad del viaje recuperó el ánimo, empezó a hablar y a explicar los límites de cada parroquia, qué nombre tenía cada lugar, cada curva, quién habitaba aquí y allí, qué tierras habían sido de cada pazo de la zona. Esa tarde y gran parte de la noche estuvo fumando y leyendo con avidez los pliegos del Aranzadi que se le habían acumulado durante seis meses. Del sueño que vino después no despertó. A veces pienso en esa placa de plata, firmada por mi abuelo en homenaje a Manrique, que hay en el salón de una casa bajo pinos, entre Valladolid y Tordesillas, y en las amistades, las casualidades y el olvido."

Pasen ustedes buen domingo cumpliendo con el compromiso cívico del voto pero no se preocupen demasiado del resultado de las elecciones en país tan complicado. Siguiendo el surco de Amador y Manrique -dos españoles de los de siempre, inmunes a redes sociales- nosotros, y los electos, asimismo una noche cualquiera nos libraremos de ceremonias asaz aburridas.