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Santiago Lago Peñas.

Una estrategia común para Galicia: ¿Una quimera?

Esta semana el Consello de la Xunta aprobó el proyecto del Pan Estratégico de Galicia hasta 2020. Los documentos están bien. No son autocomplacientes: basta mirar el análisis DAFO para corroborarlo. Sin duda, son mejorables. Pero también, creo que es de lo mejor que se ha hecho desde la Historia de la Autonomía; salvando algunos planes sectoriales en la etapa del bipartito.

Hay mucho en el diagnóstico y las estrategias que debería servirle al siguiente gobierno, que será el que pilote la nave en la mayor parte de duración del Plan. Más aun, buena parte de las estrategias no culminarán en 2020, porque los problemas estructurales requieren períodos de maduración amplios. Pensemos en la demografía o en la reforma que exige el suelo agrario y forestal. Por eso, deberíamos ser capaces de comenzar consensuando en el Parlamento de Galicia los pilares de la estrategia colectiva. Porque los ciclos de cuatro años son insuficientes y porque sin el concurso de todos hay muchas cosas que no podremos cambiar.

Soy consciente de que no es el mejor momento para apelar al diálogo constructivo. En España estamos en post-campaña y en Galicia en pre-campaña. Pero me siento obligado a hacerlo. Por eso le pido al Partido Popular que discuta a fondo y con tiempo el Plan en el Parlamento, con voluntad de reformularlo para mejorarlo. Y a la oposición, voluntad de discutirlo en serio y en su detalle, evitando la recurrente fórmula de la enmienda a la totalidad.

Para ello, quizá fuese bueno separar, diagnóstico y líneas estratégicas, por un lado, y los presupuestos que le darán cobertura financiera en los próximos años, por otro. Porque en lo segundo es comprensible que las diferencias ideológicas den como consecuencia un orden de prioridades diferente o un volumen de recursos públicos a movilizar distinto. Por no hablar del diseño concreto de las políticas públicas.

Quedémonos pues con lo primero y discutamos los objetivos. Algunos son muy razonables y ambiciosos. Otros seguramente son mejorables en su concreción, y quizá deberían ser puestos en relación a la media española.

Finalmente, creo que sería un ejercicio de transparencia y una señal inequívoca de que se va en serio la creación de una comisión de seguimiento al margen del ejecutivo. Una comisión parlamentaria plural, una comisión de expertos independientes, o una mezcla. Las fórmulas pueden ser múltiples. Pero es clave que la estrategia se someta a una evaluación externa.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP

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