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Escenario prácticamente despejado para la señora Clinton

Mientras el panorama electoral republicano no termina de arreglarse, desde el lado demócrata la señora Clinton parece consolidar su nominación a las presidenciales. En efecto, mientras Donald Trump continúa su campaña de francotirador, la confusión se extiende entre los aspirantes republicanos más orgánicos: Ben Carson y Carly Fiorina, una mujer que podría ser la contrapartida de género a Hillary Clinton. Claro que queda Jeb Bush el tercero de la saga, quien, según los observadores, no parece remontar la carrera hacia la nominación. Son muchos los fantasmas de los Bush que lo acompañan, además de aquella lacónica sentencia de su madre, Bárbara, cuando perdió su oportunidad en 2012: "Hemos tenido demasiado Bushes". Y eso que es el único de los cuatro aspirantes republicanos con experiencia de gobierno.

Por su parte, Hillary Clinton ha ganado un escalón más hacia su nominación demócrata. Cuando el vicepresidente Joe Biden, escoltado por Barack Obama en los jardines de la Casa Blanca, anunció su renuncia a sostener su candidatura a la nominación abrió las puertas a un escenario prácticamente despejado para las aspiraciones de la señora Clinton. Quizás Biden se diera cuenta de no contar con los apoyos económicos suficientes para sostener su campaña.

También Hillary Clinton acaba de ganar un importante encuentro en un Comité del Congreso, donde se debatía su responsabilidad por la muerte de cuatro norteamericanos, tres soldados y un diplomático, en Bengasi (Libia) durante su jefatura de la Secretaria de Estado en 2012. Un Comité que también volvió a asomarse al célebre caso de los correos electrónicos personales de Hillary Clinton que pudieron filtrar informaciones reservadas. Ante ambas críticas la aspirante a la nominación demócrata sumó a su favor la sinceridad con que asumió su responsabilidad en la operación de Bengasi, además de contar con la enérgica defensa de sus colegas en el Comité, quienes acusaron a los republicanos de estar haciendo un uso electoral del caso de los correos electrónicos durante la vista.

Lo cierto es que la señora Clinton salió ganadora del encuentro. Al menos así lo vio una buena parte de la prensa norteamericana y ahora aguarda desde su esquina, con relativa seguridad, por la presencia del que presumiblemente será su contrincante en las próximas elecciones presidenciales de 2016, una vez que los republicanos pongan orden en su propia casa.

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