Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Escritos desde el tren

Escribo desde el tren que me devuelve a Vigo tras mi retiro oratorio en Salamanca, aunque no por la oración y las monásticas visitas haya despreciado el jolgorio de sus fiestas mayores, en que parecía que no había una sino dos Salamancas volcadas en las calles. Todavía está caliente mi encuentro accidental y gozoso allí con María José del Río y su acompañante habitual, el cardiólogo Hixinio Beiras, volcado como sabéis en la lucha por la sanidad pública y con un libro reciente que lo rubrica, "La sanidad no se vende", que os recomiendo. Ambos dejan Vigo para pasar allá cada vez más frecuentes estancias. Caliente está también en mi memoria gastronómica el solomillo Wellington que comí en Casa Lupe, en la ribera del Tormes, y las sopas de ajo que cené en la casa campera de la doctora Pepa Crego, a la que propuse dejar su oficio sanatorio para traernos la cocina castellana a Galicia. Vano intento.

Una de perritos calientes

Mientras veo pasar desde mi ventana itinerante la mañana y los campos de Castilla, pienso dónde quedar al llegar a Vigo con la Lolailo,o sea Loló Domínguez, para celebrar con un vermú el Día de su Independencia Hostelera. La Lolailo tuvo restaurantes propios en Ourense y Vigo y se cansó de mandar; fue empleada hostelera y se cansó de ser mandada. Así que se montó su carrito salchichero, se apuntó a la moda de la cocina sobre ruedas y ahora la podéis ver de atardecida a la noche ante el Plaff de la calle Oliva con su flamante gorra de chef, vendiendo sabrosos perritos y saboreando el placer de trabajar para ella sin que nadie le saque plusvalía; ni ella a otros.

Un porteador de santidades

Entra ya el tren en Galicia y recuerdo que tengo cita pendiente con Choles. Hace tiempo que no veo a Choles, o sea a Jesús Martínez, propietario del restaurante de su nombre en Vilar de Infesta, allí por donde pasan no pocos peregrinos del Camino Portugués a Santiago. Le vimos la última vez en agosto caminando tras la banda de música de Redondela que dirige un doble suyo, Jesús Martínez también. Iba como porteador de santidades, llevando sobre sus hombros la imagen de San Benito aunque sea San Martiño el verdadero patrón de su parroquia, adonde por cierto han destinado al pater Fernando Lago para mantener en la fe a los parroquianos. O sea que Choles es de la facción religiosa de los "benitiños"; no en vano lleva más de 20 años con el santo a hombros. Otra devoción pero laica que tiene Choles es ganarle a las cartas a Manolo Lemos, más liberado desde que que se jubiló de su restaurante.

Y una Colección Andante

Y al parar en la estación de Ourense me parece ver a Sara Pérez, que siempre nos invita a las inauguraciones de la sala Ap'ostrophe en la viguesa Sala Elíptica. No era ella pero me sirve para recordar que al llegar a Vigo debo visitar allí la recién inaugurada Colección Andante, propiedad del arquitecto Ramón Álvarez con unas 100 piezas. Una colección de arte contemporáneo creada a partir de la horma de zapato como elemento integrador y que pretende abarcar todos los campos creativos. Me da la impresión de que todos los artistas son gallegos. ¿No es una incitante propuesta de visita?

Compartir el artículo

stats