Un espectador que jamás haya pisado Vigo y el viernes siguiera desde su sofá el reportaje que emitió "Energy" pensará de la ciudad algo parecido a lo que sigue: primero, que el barrio histórico está minado de casas ruinosas; segundo, que las jeringuillas arrojadas por el populoso colectivo de toxicómanos brotan por doquier; y, tercero, que la prostitución es una "tradición" -es la palabra que se usa- arraigada. Nada más lejos de la realidad. El Casco Vello de 2008 nada tiene que ver con el actual, una de las zonas más vivas y creativas de Vigo. El reportaje de "Callejeros" omite el cambio y, al hacerlo, asesta un golpe intolerable a la imagen de la ciudad. Vergonzosa muestra de periodismo.