Ha nacido el primer programa de televisión que es un partido político. Mejor dicho, ha nacido el primer partido político que es un programa de televisión. Tiempo atrás los partidos políticos eran asociaciones de ciudadanos que compartían una ideología política común, y su nombre reflejaba dicha ideología -el Partido Comunista de España, el Partido Socialista francés, el Partido Conservador británico-. Ahora el nombre es un eslogan publicitario emocionalmente potente y carente de contenido político. La ideología se sustituye por la idiología. Pura televisión. Acaban de celebrar sus primarias, pero no mediante un voto directo realizado en persona, sino mediante una participación a través de Movistar, Vodafone u Orange. "¿Un hombre, un voto?" No, "un contrato con una operadora privada de telefonía móvil, un voto". Como se vota para "Tu cara me suena" o para "La Voz Kids". Pura televisión.

Y no hace falta que los miembros de este partido estén ideológicamente próximos. Es increíble, pero lo proclaman constantemente sus promotores. Sólo es necesario compartir una actitud emocional, un cierto rollito. Como lo que une a los seguidores de "Juego de tronos". Si clásicamente el representante público representaba a los votantes que compartían sus ideas, ahora el representante no tiene ideas propias y defiende lo que digan sus heterogéneas bases, sean hoy propuestas nacionalistas y mañana internacionalistas, individualistas o socialistas, materialistas o idealistas, esté él de acuerdo con ellas o no. Es un mercenario de la audiencia, perdón, de la ideología. Decide los contenidos de su actividad como María Teresa Campos y la justifica en similares términos estrictamente demagógicos. Pura televisión.

La lógica televisiva llevaba mucho tiempo infiltrada en la política, pero sólo ahora la televisión comercial se materializa físicamente en un partido político. Me queda una duda: ¿está permitido votar en las elecciones desde casa con el mando a distancia? ¿Podemos?