En Noviembre de 2001 escribí un artículo en la prensa gallega en el que confesaba no entender muy bien la estrategia del Gobierno Central con el Impuesto sobre Ventas Minoristas de determinados Hidrocarburos, que luego coloquialmente se bautizó como "céntimo sanitario". Varias cosas me sorprendían. Entre ellas, las siguientes.

¿Cuál era la conexión entre el gasto sanitario y el consumo de combustibles en la configuración concreta del tributo? Unos meses antes Manuel Chaves había propuesto un impuesto sobre las tabaqueras para financiar la sanidad andaluza. A Madrid no le gustó entonces. ¿Por qué el cambio de opinión de forma tan brusca? ¿Por qué crear una nueva figura cuando se tiene ya un impuesto especial sobre hidrocarburos? ¿No habría sido más sencillo aumentar las tarifas de este impuesto? En Enero de 2013 el Ministerio de Hacienda se dio cuenta de esto e integró el céntimo sanitario en el impuesto especial sobre hidrocarburos.

Ahora los tribunales europeos confirman que rompe con el marco normativo armonizado y que es una figura ilegal. Que no existe esa conexión específica del impuesto con la sanidad. Nos espera un rosario de demandas y reclamaciones. Si las cosas se hubiesen hecho bien desde el principio?

*Catedrático de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo @SantiagoLagoP