Lo de la unidad -nacionata- de destino en lo universal va, pero poco. Cuenta Anacleto que hay -incluso en la Upegá. que manda caralho- quienes están inquietos porque para hacer realidad el objetivo que se marcó el nuevo Portavoz Vence el día de su asunción, el Bloque tiene que ir echándose cada vez más a la izquierda para satisfacer a los grupitos, y al final existe el peligro de que no reconozcan al Benegá los que hasta ahora resistían y le votaban. Y eso en la práctica vendría a ser como un requiescat. Jó.

El agente secreto supo de fuentes de dentro, que a día de hoy hay muy pocas esperanzas, por no decir ninguna, de reunificación, aunque no se descarta que alguno de los liliputienses acabe por integrarse, sobre todo si les permiten colocar un par de frases incendiarias en el breviario, que es lo que les importa, al menos casi tanto como algún hueco en el que se pueda notar el aroma del poder y de paso pillar algún sueldiño en un par de Concellos. Mientras llega la revolución.

Con los otros, el horizonte está aún más chungo. Lo de la lista común para las europeas, como ya os dijo avecilla, no se descarta todavía, pero es poco probable, y lo de la reunificación sería un milagro. CxG llegaría quizá a firmar alianzas electorales siempre y cuando no se caiga en tolemias soberanistas, pero punto, y AGE quiere ser la casa común, lo que tururú. Aparte de que aún hay quienes, en la U, hacen vudú con su vera efigie. Y así no hay modo ni de acercarse siquiera. ¿Eh?

Claro que lo peor no será eso, sino cómo articular cuando llegue el momento oportuno los pactos postelectorales con otras fuerzas que se necesitarán para ligar con la púrpura. Sin ir más lejos, con el Pesoedegá, que pondrá el precio de los acuerdos más alto o más bajo según sea el que al final mande en el partido. Ya, ya, pactar pactarán todos, pero puede ocurrir que se establezcan cláusulas diferentes para evitar líos posteriores: la experiencia es un grado y tuvieron ya bastantes follones antaño como para aprender hogaño. O mañana. ¿Capisci?