El presidente Feijóo llegó al gobierno de la Xunta de Galicia después de la campaña electoral más sucia de la historia de la autonomía. Se presentó como el campeón de la honradez y de la austeridad, intentó por todos los medios que los gallegos olvidaran que durante años formó parte, incluso como vicepresidente, de los gobiernos de Aznar y Fraga. Pero, ahora que lleva ya más de un año de gobierno, las viejas mañas de la derecha se manifiestan en todo su esplendor.

Tomó posesión con un falso discurso de austeridad, que no era nada más que maquillaje mediático, una política de gestos, que pretendían literalmente engañar los ciudadanos. Pensemos en los vehículos Audi, que permanecían parados en un garaje, mientras que su gobierno continuaba comprando coches de alta gama.

O las sillas de la Ciudad de la Cultura, esas sillas de diseño –en teoría para el "pueblo"– que siguen consolidando y avanzando el mayor derroche de la historia de la comunidad autónoma... o los delegados provinciales, cada uno de ellos con su "corte" de jefes territoriales...

Además de la austeridad, Feijóo, el presidente de los slogans publicitarios vacíos de contenido, se descolgó con otras dos máximas de gobierno: hacer más con menos y no hipotecar el futuro de nuestros de hijos. Pero los hechos son tozudos, y en los últimos tiempos hemos asistido a dos gravísimos casos en los que los recursos de los gallegos no sólo se tiran, sino que se "regalan" a intereses privados, la construcción por el método concesional del nuevo hospital de Vigo y de la autovía de la Costa da Morte.

La apertura de las puertas al capital privado para construir y explotar el nuevo hospital de Vigo empeora la calidad asistencial, disminuye la calidad del empleo generado y deja a la Administración mucho más desprotegida frente a la empresa concesionaria. Pero además de estas cuestiones, que han sido contrastadas en múltiples estudios sobre el sistema de concesión público-privada para hospitales, hay otro elemento que ataca directamente la doctrina de Feijóo. El modelo del Partido Popular es más costoso, acumula deuda para el futuro (a pesar de las mentiras del Gobierno), y está demostrado que es mucho más ineficiente.

Con las cifras en la mano, el modelo de construcción a través de la SPI (Sociedade Pública de Investimentos) impulsado por el anterior Gobierno suponía un coste para la construcción del hospital de poco más de 400 millones de euros; con el modelo PFI (iniciativa de financiación privada) promovido por el gobierno de Feijóo, el coste se eleva a los 860 millones de euros (cifras procedentes de la información presentada por la propia consellería).

Después de la volatilización de estos 450 millones de euros, en los últimos días hemos tenido conocimiento de una nueva pirueta "financiera" de la Xunta en relación con la construcción de grandes obras públicas. Los socialistas hemos denunciado que el gobierno Feijóo va a adjudicar por 400 millones de euros más que el anterior el proyecto para construir la autovía de la Costa da Morte.

Pero esto no es todo, la adjudicación va a recaer además en una empresa cuya oferta económica era de más de 210 millones de euros más elevada que la que quedó en segundo lugar, según los propios datos de la Xunta. Una curiosa forma de reforzar el "hacer más con menos", se trata de hacer lo mismo con "mucho más".

En honor a la verdad, como diputado en el Parlamento gallego, tengo que recordar aquí la sucia campaña y la denuncia del PP en la pasada legislatura por un supuesto sobreprecio de 30 millones de euros en la autovía del Barbanza, donde sí hubo importantes mejoras en términos de seguridad. Denuncia que más tarde desestimarían los tribunales, dejando la miserable estrategia del PP al descubierto.

¿Por qué el Gobierno gallego rechaza la propuesta de una empresa que realizaba la obra por 584 millones de euros y se la adjudica a una empresa que va a recibir 979 millones? Nosotros consideramos que los gallegos, que son los que al final pagan con sus impuestos, merecen una explicación y no cortinas de humo, que lo que pretenden es ocultar el hecho de que con la complicidad de Feijóo algunas empresas van a obtener enormes beneficios.

Hemos visto aquí dos casos en los que la pretendida austeridad del "más con menos" desaparece, y donde las obligaciones de pago de las futuras generaciones se disparan. Solamente los accionistas de las grandes empresas constructoras y de servicios van a obtener más ingresos con menos esfuerzo, y sus accionistas seguirán recibiendo elevados dividendos durante varias generaciones.

Feijóo y el PP pueden continuar con sus intentos de engañar a los ciudadanos a los que se deben. No van a engañarnos a todos todo el tiempo, los gallegos ya sabemos que como ha hecho siempre la derecha confunden los intereses de los ciudadanos con los intereses de su partido y de las empresas. E intentan convertir el nuevo Hospital de Vigo y la autovía da Costa da Morte en un gran negocio… ¿para quién?