Volviendo por donde solía, el Consello da Cultura Galega (CCG) hizo público recientemente un dictamen respecto al decreto del gallego aún en talleres. Según el presidente de la institución "el informe es crítico pero constructivo". Mejor ni pensar qué nos habría caído encima si llega a ser "destructivo".

El dictamen del CCG no sorprendió ni a los que están a favor ni a los que están en contra. Es más, todos intuíamos el contenido del dictamen incluso antes de ser consultado el CCG por la Xunta. Aunque el informe no me pasmó, sonreí al constatar que una de las malas razones de la regresión histórica y cultural que ampara el CCG –que las materias impartidas en gallego sean "como mínimo" el 50%-– reza así: "No se puede tratar igual a los desiguales". Que es tanto como descubrir la pólvora, el Mediterráneo y la paradoja de Aquiles y la tortuga, de golpe y sin despeinarse. Y llegando aquí, para evitar equívocas interpretaciones, advierto que, en democracia, por muy elevado que sea el rango institucional de cualquier ciudadano no lo exime del análisis crítico.

Por lo que se me alcanza, el mérito esencial del presidente del CCG consiste en resituar la paradoja de Zenón en un marco novedoso e hilarante respecto a lo que hasta ahora sabíamos. En primera versión nacionalista de la paradoja, Aquiles-español-lengua-extranjera llegando tarde a Galicia y situándose detrás de la Tortuga-gallego-lengua-nacional, acaba alcanzándola con malas artes guerreras y la adelanta dejándola cada vez más lejos, exhausta y moribunda en carrera desigual. Cabe apuntar, sospecho que inútilmente, que la alada lengua española, la aquilina de pies ligeros, llegó tarde no solamente a Galicia –aunque aseada, los deberes hechos y la gramática bajo el brazo– sino también a otras veinte naciones substituyendo sin mayores fricciones a las lenguas en plaza. Hazaña lingüística que no intentaron los tudescos de Charlemagne ni los visigodos en los países romanizados a pesar de la abrumadora superioridad militar.

Si bien se mira, lo que propone el CCG es la inversión de la paradoja, que la carrera cambie de sentido y en lugar de correr mirando para Ferrol, Aquiles detrás y la Tortuga delante, ahora los corredores miren para el cabo San Vicente, Aquiles delante y la Tortuga detrás, al ser esta la situación real. Y ciertamente es así. Pero como el CCG supone a Aquiles mucho más competitivo, pertrechado de medios más conformes a nuestra época, junto con la ventaja inicial, y a la Tortuga más lenta y avejentada, calzada con zuecos, rezagada, el CCG aconseja discriminar positivamente a la Tortuga fijando Aquiles a la pista, decretos/cepos mediante, con el fin de que no avance lingüísticamente ni una coma respecto a la situación presente. Criogenizar al español en la escuela, se llama eso.

Quizás considere el CCG, ahora que finalmente el "sistema literario español" ya no existe en Galicia –lo afirmaron triunfalmente en jactanciosa entrevista a Gara quienes están en la pomada independentista normalizadora– que conviene remachar el clavo alentando la cruzada regresiva en vigor contra la aquilina lengua para que no volvamos a ser una potencia mundial literaria como fuimos con la larga nómina que corre de Valle-Inclán a Cela, e incluso antes, y de Camba a Valente. Porque, claro, al no pertenecer esa insigne pléyade, ni la que pudiera sucederle, al acervo cultural común de los gallegos no corresponde su mantenimiento al negociado del presidente del CCG, no empece que entre todos, hispanófonos también, le paguen el chófer. Seamos serios, por una parte nos dicen que el español no está en peligro en Galicia y por otra se jactan, con motivo, de que prácticamente ha desaparecido como "sistema literario" ¿En qué quedamos?

Que no cunda el pánico, sin embargo, toda vez que a partir de doce zancadas infinitesimales Aquiles se zambulle en el misterio cuántico, eso dice la física, lleno de incertidumbre respecto a la velocidad y posición de las partículas, de las tortugas y de las subvenciones, y de gran dificultad instrumental para medir "la longitud de Planck", que es la distancia mínima conocida (10 potencia-35, metros) pero obviamente mayor que cero, la cual podría interponerse entre los corredores, especialmente si el Universo fuera granular. En fin, no sé que habría opinado Zenón de Elea, quizás Aquiles nunca alcance a la Tortuga, o viceversa, pero se admiten apuestas.