Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno: 1

Miércoles a eso de las nueve y pico de la mañana. Dos individuos fuerzan el almacén de un restaurante de la calle Triunfo, en lo mejorcito del Casco Vello. Seleccionan mercancía y salen cargaditos de bebida de la cara en su propio cuerpo y de botellas en una mochila y con una caja al hombro

Al abandonar la gambuza se topan con una dotación motorizada de la policía que charla unos instantes con ellos y les permite seguir como si tal cosa. En su abandono del escenario del crimen y con evidentes dificultades de estabilidad, se les caen unos zumos que llevaban en los bolsillos, se disculpan ante los agentes por manchar la calle y hasta recogen los cristales rotos. Un detalle. La poli en su coche llega hasta la plaza de la Constitución y se detiene. Es decir, se para.

Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno: 2

Un repartidor de refrescos en plena labor de distribución de mercancía informa a los agentes sobre la procedencia de lo que portan los dos individuos en cuestión, a lo que le responden que vale, que ya lo saben, porque aquí nos conocemos todos...

Insiste y logra que se dirijan hacia el local asaltado, pero aunque está sólo a unas decenas de metros hacia abajo, lo hacen en coche dando un rodeíto por Chao y calles sucesivas. Pasan por delante del tambucho, regresan a la plaza, salen del coche, lo cierran por si acaso, que hay mucho caco, y se van a tomar un cafelito.

Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno, y 3

A media mañana, un vecino advierte al dueño del almacén de que hay otro individuo dentro. Lo cazan in fraganti y dice que había entrado a beber.

Avisan a la policía -la misma, pero otros- que acude motorizada, le comunican que es el segundo asalto en cuestión de horas y... Toman nota.

javiermosquera@farodevigo.es