Nada más conocer los hechos a través de este periódico, el concejal de Medio Ambiente, Jesús Graña, pidió a los técnicos de Aqualia que revisaran a fondo la red de saneamiento y depuración para comprobar que no había fugas de residuos fecales, como así se determinó tras la inspección. Además, el edil se mostró sorprendido por este problema, ya que "ni los socorristas han advertido tales vertidos, que estarán en el riachuelo pero no han llegado al mar, ni tenemos constancia de denuncia alguna en el Concello por estos motivos". Los últimos controles de la calidad de agua realizados por la Consellería de Sanidade confirman que el mar está en condiciones "excelentes", afirma el edil, así lo certifica también el mapa volcado por la Xunta en su página web.

Los responsables municipales también piensan realizar una exhaustiva revisión "río arriba" para comprobar que ninguna vivienda o instalación turística del entorno realiza vertidos al curso fluvial, en cuyo caso "se taponarían de inmediato" y se tramitarían las correspondientes sanciones por "atentado ecológico". Además, Jesús Graña comunicó los hechos a la concejala de Policía, Marisa Prieto, para realizar una inspección ocular a la zona, acompañada por dos agentes, con el fin de determinar los puntos de extracción ilegal de arena -que los vecinos aseguran que viene de lejos- y de intentar identificar a sus responsables.