Estados Unidos ha acogido de uñas el relevo al frente de la máxima magistratura cubana. El vicepresidente Pence advirtió ayer al nuevo presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, que la política de Washington hacia La Habana, plasmada en el embargo que se mantiene desde 1960, seguirá inalterable hasta que haya "elecciones justas y libres".

"Raúl, parece que eres el único que se va", escribió Pence en un tuit, contestando así a una frase de Raúl Castro en su discurso de despedida de la presidencia. En la frase, Castro criticó el veto promovido por EE UU a la participación de Venezuela en la cita latinoamericana.

"Estamos junto al pueblo cubano. No nos vamos a ir a ninguna parte hasta que Cuba tenga elecciones libres y justas, los presos políticos sean liberados y el pueblo cubano sea finalmente libre. Cuba libre", escribió el "número dos" de la administración Trump.

Pence es el más alto cargo del Gobierno estadounidense en pronunciarse sobre la histórica transición que tuvo lugar el jueves en Cuba, cuando Raúl Castro puso fin a las casi seis décadas de presencia de la familia Castro en la presidencia de la isla caribeña. Castro seguirá siendo secretario general del PC cubano hasta 2021.

Interrogado por los medios estadounidenses sobre el relevo en Cuba horas antes de que se produjera, durante una visita a los Cayos de Florida, donde se concentra el exilio cubano, el presidente Trump se limitó a decir: "Queremos a Cuba. Nos estamos ocupando de Cuba".

Muy distinta fue la reacción desde Rusia y China. El presidente Vladimir Putin confirmó la disposición de Moscú a "apoyar la modernización económica y social" del país y explicó que, en conversación con Castro, destacaron la voluntad de desarrollar proyectos bilaterales, sobre todo, en energía e infraestructura de transportes.

El presidente y el primer ministro chinos, Xi Jinping y Li Keqiang, enviaron mensajes de felicitación a Díaz-Canel y Castro, en los que resaltaron que respetan y apoyan "la decisión tomada por el pueblo cubano". Un portavoz oficial anunció que los líderes de ambos países trabajan para reforzar "la cooperación" e incrementar "la confianza política". "Esperamos que Cuba pueda forjar su propio camino hacia el socialismo", añadió el portavoz.