La canciller alemana, Angela Merkel, consiguió ayer que el congreso extraordinario de su partido, la democristiana CDU, aprobase por mayoría aplastante (97%) el acuerdo para reeditar un gobierno de gran coalición con los socialdemócratas (SPD) como el que rige el país desde 2013. Antes, Merkel, cuyo acuerdo de gobierno había recibido durísimas críticas en el interior de su formación, había logrado desactivar un conato de revuelta del ala más derechista de la CDU -la vinculada al sector empresarial- muy descontenta por la cesión del ministerio de Finanzas al SPD, pese al compromiso de no incrementar la deuda.

La mayor concesión de Merkel, conocida el domingo, fue la entrega del ministerio de Sanidad al cabeza de filas del sector rebelde, Jens Spahn, de 37 años, quien no dudó en asegurar estos días que la formación democristiana se ha vuelto "demasiado socialdemócrata". Los otros cinco ministros que nombrará la CDU son todos fieles a Merkel. Con todo, aún queda pendiente lo más difícil: la aprobación del acuerdo por los 464.000 militantes de base del SPD, que votarán por correo hasta el 4 de marzo y entre los que el sector de los reticentes es muy nutrido.

Spahn, que ha expresado en varias ocasiones su afinidad ideológica y generacional con el joven canciller austríaco Sebastian Kurz, que gobierna con la extrema derecha en su país, aboga por una política muy conservadora, especialmente en temas identitarios y de inmigración. Ese cambio de dirección es rechazado por Merkel, quien quiere mantener a su partido en el centro del tablero político, aun a riesgo de perder a su electorado más derechista, que está cayendo en manos de la xenófoba y filonazi AfD. La concesión de la cartera de Sanidad a Spahn fue justificada por la canciller como un reflejo de que la CDU "es un partido plural".

La AfD se regocijó por la entrada en el Gobierno de Spahn, que de ahora en adelante estará sujeto al deber de reserva que se impone a los ministros. "Es el peor castigo imaginable", ironizó el presidente de los xenófobos, Jörg Meuthen.

Merkel consiguió una segunda victoria en la reunión de ayer, la elección como "número dos" de la CDU de una íntima colaboradora suya, Annegret Kramp-Karrenbauer, de 55 años, hasta ahora presidenta del Estado del Sarre. La designación de esta política católica la coloca en órbita para suceder a Merkel cuando en 2021 complete su cuarto y, se supone, último mandato.