Estados Unidos ordenó ayer la retirada de todo el personal no esencial destacado en su embajada de Cuba, lo que supone la salida del país caribeño de "más de la mitad" de los funcionarios de la legación diplomática.

El motivo aducido por el Departamento de Estado (Ministerio de Exteriores) son los "ataques" sufridos por al menos 21 estadounidenses destinados en la isla y cuyo responsable todavía no se conoce. Y aunque Exteriores no lo precisa, las agresiones denunciadas parecen corresponderse con los misteriosos ataques con un dispositivo "acústico" de los que llevan semanas informando los medios norteamericanos y a consecuencia de los cuales sufrieron lesiones cerebrales traumáticas leves y pérdida de audición varios de los afectados.

En su nota, Exteriores precisa que con su decisión solo busca garantizar la "seguridad" del personal de la embajada y que EE UU "mantiene las relaciones diplomáticas con Cuba". Sin embargo, Donald Trump ha dejado muy claro desde su llegada a la Casa Blanca, el pasado enero, que no tenía la menor intención de seguir la senda abierta por su predecesor, Barack Obama, en diciembre de 2014, al acordar con el líder cubano, Raúl Castro, el restablecimiento de las relaciones entre los dos países, enemigos acérrimos durante 50 años.

La medida pretende "minimizar el número de personal estadounidense con riesgo de quedar expuestos" a los ataques, detalló un alto funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, en una conferencia de prensa telefónica, informa "Efe".

De momento Washington no ha responsabilizado directamente a La Habana de los ataques, hasta ahora definidos como "incidentes". Pero sí precisa que "el Gobierno de Cuba es responsable de dar todos los pasos pertinentes para prevenir los ataques de nuestro personal diplomático en Cuba", afirmó el funcionario.

Un tercer país

Los gobiernos estadounidense y cubano siguen investigando los ataques, cuyo último episodio tuvo lugar en agosto, y Washington "no ha descartado la posibilidad de que un tercer país" haya podido estar implicado, según dijo el funcionario al ser preguntado por la posibilidad de que Rusia sea responsable.

El Departamento de Estado aconseja a los estadounidenses que no viajen a Cuba, porque cree que los ataques se produjeron en hoteles en la isla, y ha suspendido indefinidamente la emisión de visados a cubanos desde su embajada en La Habana, así como todos los servicios que no sean "de emergencia".

En su primera reacción, Cuba consideró "precipitada" la medida y advirtió que afectará a la relación bilateral.