La segunda vuelta de las primarias de los socialistas franceses la disputarán el exministro de Educación Benoît Hamon y el ex primer ministro Manuel Valls, que anoche encabezaban los resultados provisionales de la primera ronda, aunque con el exministro "rebelde" por delante, cuando Valls partía como favorito, lo que supone un agravio para el exjefe de Gobierno.

Por detrás quedó el exministro de Economía Arnaud Montebourg, con el 17,95% de los votos, y, mucho más alejados, el resto de los precandidatos: el exministro Vincent Peillon, la representante del Partido Radical de Izquierdas Sylvia Pinel, el ecologista François de Rugy y el líder del Frente Demócrata, Jean-Luc Bennahmias, ninguno de los cuales superó el 7 % de los sufragios. Bennahmias, en concreto, cosechó poco más del 1%.

Montebourg llamó ya anoche a votar por Hamon el próximo domingo, cuando se celebrará la segunda vuelta, consciente de la ventaja que el extitular de Educación, integrante del sector crítico a Valls y al presidente, François Hollande, sacó al ex primer ministro, cinco puntos: 36,12% frente a 31,24%.

El resultado de Valls, según Montebourg, es el reflejo de un rechazo "masivo" al quinquenio presidencial de Hollande, y trae consigo "una estrategia clara de impulso económico y ecológico, de recuperación del control del sistema financiero, de reinvención del modelo social".

Se espera que la participación en la ronda de votaciones de ayer ronde los dos millones de personas, menos que los 2,6 millones emitidos en la primera vuelta de las primarias socialistas de 2011 y muy por debajo de los 4,27 millones de votantes de la primera ronda de las primarias del centro derecha, celebrada el pasado 20 de noviembre.

Hamon se mostró "feliz" por el "claro mensaje de esperanza y renovación" que supone su victoria y porque su triunfo le faculta para seguir el debate con Valls. "Mi proyecto de sociedad, contra su proyecto de sociedad", desafió. "Veo los primeros pilares con los que vamos a reconstruir la izquierda, unirla para construir la esperanza".

Valls, por su parte, se declaró confiado en su victoria dentro de una semana y subrayó que "nada está escrito".