Decenas de personas, la mayoría de ellas peregrinos iraníes, perecieron ayer en una ciudad iraquí en un atentado perpetrado por el Estado Islámico (EI) para vengarse de la campaña militar aliada lanzada para recuperar su feudo de Mosul, la segunda ciudad de Irak. Fuentes de seguridad de la ciudad de Al Hala, situada a 100 kilómetros al sur de Bagdad, dijeron a "Efe" que el número de víctimas era de al menos 75 muertos y 35 heridos. "Reuters" informó de un nuevo balance que elevaba a más de cien el número de víctimas.

Un suicida que conducía un camión cisterna se voló por los aires en una gasolinera situada junto a un restaurante que los peregrinos iraníes suelen usar para descansar en su camino de vuelta de la peregrinación de Arbaeen, en la ciudad santa chií de Kerbala, a la que cada año llegan millones de chiíes iraquíes y extranjeros.

El grupo Estado Islámico asumió la autoría del atentado a través de un comunicado difundido en internet, en el cual aseguró que un terrorista suicida hizo estallar un vehículo cargado de explosivos en medio de un grupo de "visitantes renegados (chiíes)" y causó más de 200 víctimas, entre muertos y heridos. Asimismo, el grupo extremista advirtió a los chiíes que "las llamas de la batalla de Mosul les alcanzarán en Bagdad, Kerbala y Nayaf".