El gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, consideró un "acto de terrorismo" la explosión registrada en la madrugada de ayer en la ciudad que dejó un saldo de 29 heridos, aunque aclaró que aún "no hay evidencias que lo vinculen con el terrorismo internacional".

La explosión de la bomba, colocada en el interior de un cubo de basura, ocurrió hacia las 02.30 horas de ayer en el barrio de Chelsea, en una zona muy frecuentada por turistas.

Posteriormente las autoridades localizaron un segundo artefacto a cuatro manzanas de distancia del lugar de la explosión y que, según fuentes policiales, era una olla a presión de cuya parte central salía un cableado oscuro.

Cuomo informó de que las 29 personas que resultaron heridas tras la explosión ya habían sido dadas de alta.

El jefe de la Policía neoyorquina, James O'Neill, afirmó que nadie ha reivindicado aún el atentado y que las autoridades no descartan ninguna hipótesis.

O'Neill, que compareció junto al alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, dijo también que los investigadores cuentan con imágenes del momento de la explosión que fueron captadas por cámaras de seguridad que también están siendo analizadas.

El atentado de Nueva York fue precedido varias horas por la explosión de un artefacto antes del inicio de una carrera solidaria en la localidad de Seaside Park, en el vecino estado de Nueva Jersey.

También en este caso la bomba estaba escondida en un depósito de basura -esta vez en un contenedor- y, según el diario local "Star Ledger", las autoridades investigaban otro paquete sospechoso hallado cerca del lugar de la primera explosión.

Se investigan vínculos

Sin embargo, pese al hecho de que en ambos casos había dos bombas, las dos colocadas cerca la una de la otra, y alojadas en depósitos de basura, ninguna fuente quiso establecer vínculos entre lo ocurrido en Nueva York y Nueva Jersey.

No fueron los únicos sobresaltos de la noche. En un centro comercial de St. Cloud, ciudad del Estado de Minesota, a las 03.15 de la madrugada, ocho personas fueron apuñaladas por un hombre que invocó a Alá y que fue abatido a tiros por un oficial de policía que estaba fuera de servicio. Durante el ataque, el agresor preguntó al menos a una persona si era musulmana antes de apuñalarla, informó la Policía local.

El Estado Islámico reivindicó el ataque a través de la agencia de noticias Amaq, afín al grupo, y dijo que el autor de los apuñalamientos era "un soldado" suyo.