Lo que en principio parecía solo un sofoco por efecto del calor, que la obligó a abandonar el domingo el homenaje a las víctimas del 11-S en Nueva York, acabó con un diagnóstico de neumonía que pone la salud de los candidatos en el centro de la campaña electoral. La aspirante demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton, de 68 años, suspendió ayer un viaje de recaudación de fondos a California después de que su médico le apreciase una neumonía, que combate con antibióticos y reposo en su casa al norte de Nueva York.

La aspirante presidencial comenzó a sentir molestias mientras seguía la ceremonia, lo que atribuyó a los efectos del calor, y se retiró para dirigirse al apartamento de su hija Chelsea. Un vídeo tomado por uno de los asistentes y reproducido en las redes sociales muestra cómo Clinton espera su vehículo sujeta del brazo de una de sus asistentes, después empieza a tambalearse y una segunda persona tiene que sujetarla del otro brazo para evitar que se caiga mientras entra a la camioneta. Poco más tarde abandonaba el apartamento de su hija y aseguraba sentirse "mucho mejor". Posteriormente llegaría el diagnóstico de neumonía.

El programa cancelado incluía actos en San Francisco y Los Ángeles, además de una aparición en un programa de televisión. Clinton planea retomar sus actos de campaña esta misma semana, aunque se desconoce todavía si viajará mañana a Nevada, como estaba programado.

En un proceso en el que los candidatos están sujetos a un escrutinio continuo por los medios, los responsables de la campaña de la demócrata fueron objeto de críticas por la tardanza en informar el domingo sobre su estado y su localización.

Con tono suspicaz -"Creo que algo está pasando", dijo- y tras el obligado deseo de cortesía de que Clinton se reponga pronto, su rival, el republicano Donald Trump, de 70 años, anunció que pronto hará públicos los resultados de unos análisis clínicos a los que se sometió días atrás. "Creo que van a ser buenos, me siento muy bien", anticipó el magnate.