La aviación de Estados Unidos atacó ayer varios objetivos del Estado Islámico (EI) en su bastión mediterráneo de Sirte, en el norte de Libia, a petición del Gobierno de Acuerdo Nacional, respaldado por la ONU. El último bombardeo estadounidense reconocido sobre Libia databa del mes de febrero, en la ciudad de Sabratha, en el oeste del país.

Según el portavoz del Pentágono, Peter Cook, EE UU realizó "bombardeos de precisión para apoyar a las fuerzas aliadas del Gobierno que aspiran a derrotar al Estado Islámico en su principal bastión en Libia". En concreto, entre los objetivos de la operación había un carro de combate y dos vehículos más. Sirte es el baluarte del EI en Libia pero las fuerzas leales al Gobierno han logrado realizar avances durante los tres meses que dura ya la ofensiva sobre la ciudad.

El primer ministro libio, Fayez Seraj, por su parte, informó que solicitó a EE UU apoyo aéreo contra el EI en Sirte y que gracias a ellos causaron "graves pérdidas al enemigo". En una comparecencia en la televisión pública, Seraj explicó que el Gobierno decidió "activar" su participación en la coalición internacional contra el Estado Islámico al mismo tiempo que indicó que estas acciones "se limitan a un calendario específico y que no irán más allá de Sirte y sus afueras". El apoyo militar internacional se ceñirá a ayuda técnica y logística, según indicó Seraj.

Para EE UU, esta acción será la primera de una operación más amplia, sin fecha límite, y que servirá, según Cook, para que "el Gobierno logre un avance decisivo", además de impedir que el EI tenga un lugar seguro "que podría utilizar para atacar a EE UU o a nuestros aliados".

Por otro lado, el Kremlin dio ayer por muertos a los cinco tripulantes de un helicóptero Mi-8 derribado en la provincia siria de Idleb cuando regresaba a su base tras participar en el cerco de Alepo, transportando ayuda humanitaria, según las autoridades rusas. Casi toda la provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, está en manos del Frente de la Conquista del Levante (el refundado Frente al Nusra).

La pérdida del helicóptero ruso llega un día después de que los rebeldes sirios sitiados en Alepo comenzaran una contraofensiva contra las tropas leales a Al Asad que, la semana pasada, habían logrado cercar la población en la que se calcula que viven unos 250.000 civiles. La intención, según fuentes progubernamentales, de los ejércitos sirio y ruso es abrir pasillos humanitarios para que los civiles puedan salir de la ciudad mientras dura el sitio.

El domingo, por otra parte, el Estado Islámico, emitió un vídeo en el que amenaza a Rusia como uno de sus objetivos militares.