La visita ayer del primer ministro británico, David Cameron, a la planta de Redditch (en el condado de Worcestershire) del grupo burgalés Antolín no fue casual. El Grupo Antolín es uno de los mayores fabricantes de componentes para automoción europeos instalados en Reino Unido, donde posee varias factorías desde principios de los años noventa que emplean a más de 3.000 trabajadores. Es más, el 90% de los automóviles que se fabrican en este país (para diferentes marcas como BMW, Mini o Nissan) cuentan con piezas de la multinacional española, lo que da una idea del potencial económico en juego solo en el sector si vence el leave en el referendo de esta semana.

En su visita a la planta, dentro de una jornada en la que ha pasado por otros proveedores ingleses de componentes hasta recalar en la sede de BMW en Oxford, Cameron fue recibido por el vigués José Manuel Rodríguez, afincado en Reino Unido y director industrial del área de puertas de Grupo Antolín, quien explicó al primer ministro el proceso de producción de las puertas, donde la compañía cuenta con la última tecnología para cumplir con los exigentes estándares de calidad del cliente. Rodríguez destacó la relevancia del mercado británico para la compañía española, que es uno de los tres primeros fabricantes a nivel mundial de interiores y tiene un peso importante en Reino Unido, sobre todo tras la compra de una división de Magna.