El Senado de Brasil decidirá hoy, miércoles, en sesión plenaria si pone en marcha el juicio político para la eventual destitución de la presidenta Rousseff. Si, como se prevé, la decisión de los senadores es favorable a iniciar el proceso, tendrá que apartarse de la Jefatura del Estado durante seis meses y será sustituida por el vicepresidente Michel Temer.

La posible destitución de Rousseff -acusada de maquillar las cuentas estatales de 2014 y 2015- se ha convertido en un culebrón indeciso en el que se suceden los movimientos hacia delante y hacia atrás.

La jornada del lunes acabó en conflicto institucional, después de que el Senado se negase a dar por buena la decisión del presidente interino de la Cámara de Diputados, Valdir Maranhao, de anular la sesión del 17 de abril en la que la Cámara aprobó la apertura del juicio político. Maranhao, que procedió a la anulación por petición de la Abogacía General del Estado, anunció una nueva votación, que no llegó a producirse, ya que su partido, el Progresista, le presionó para que diese marcha atrás.

En un último intento de paralizar el proceso, la Abogacía del Estado reclamó a la Corte Suprema la anulación de todas las actuaciones que condujeron a la sesión de hoy en la que el Senado tomará su decisión sobre el futuro político de Rousseff.