EE UU y Cuba anunciaron ayer, en el primer aniversario del inicio del acercamiento bilateral, un acuerdo para restablecer los vuelos regulares directos, pero persisten diferencias sobre inmigración, derechos humanos o el embargo, cuya eliminación volvió a pedir al Congreso el presidente Barack Obama. El embargo económico impuesto a la isla hace más de medio siglo es "el legado de una política fallida", afirma Obama en un comunicado, en el que dijo que el Congreso estadounidense "puede apoyar una vida mejor para los cubanos" con el levantamiento de esa medida. Según Obama, el "cambio" no ocurrirá " de la noche a la mañana" y la normalización completa de las relaciones "será un largo viaje".

La reanudación de los vuelos comerciales se cerró el pasado miércoles en Washington. El acuerdo permitirá continuar con las operaciones de compañías chárter ya existentes y "establecer servicios aéreos regulares", lo que "facilitará un aumento de los viajes autorizados" de estadounidenses a la isla y promoverá "los vínculos pueblo a pueblo entre los dos países", según el Departamento de Estado de EEUU. No obstante, el Departamento de Estado recordó que "la ley estadounidense sigue prohibiendo los viajes turísticos a Cuba".

Aún pasarán varios meses hasta que las aerolíneas estadounidenses puedan empezar a vender billetes para volar a Cuba y tampoco será inmediato el restablecimiento del servicio postal directo. Obama repasó los "importantes pasos" que se han dado en el último año para normalizar las relaciones, entre ellos el restablecimiento de los lazos diplomáticos con la reapertura de las embajadas en Washington y La Habana, facilitar más viajes y comercio con Cuba y "conectar a más estadounidenses y cubanos".

"Seguimos teniendo diferencias con el Gobierno cubano, pero las planteamos y siempre defenderemos los derechos humanos y los valores universales", subrayó.

Entre los temas más complicados aún por resolver figura el de las compensaciones económicas mutuas por los bienes nacionalizados a estadounidenses tras el triunfo de la Revolución y por los daños del embargo económico.

Además, mientras miles de cubanos están varados en Centroamérica en su intento de llegar a EEUU, La Habana ha urgido a Washington a que ponga fin a su ley de "Ajuste Cubano", vigente desde 1966 y que, junto con la medida de "pies secos/pies mojados", permite quedarse en territorio estadounidense a los cubanos que pisan el país.

El diario oficial de la isla "Gramma" decía ayer que "aún queda lo más importante por hacer", en referencia al embargo, la ocupación de Guantánamo y las tranmisiones ilegales de radio y televisión.