El Parlamento de la república separatista moldava de Transnistria, que en la práctica es independiente desde 1992, aprobó ayer una resolución en la que llama a Rusia, la ONU y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a reconocer su independencia. Los legisladores recordaron que en el referéndum de 2006 más del 97% votó a favor de la secesión de Moldavia y la adhesión a Rusia. En Transnistria, franja de tierra enclavada entre Ucrania y Moldavia, de la que la separa el río Dniéster, viven entre 150.000 y 200.000 rusos, un tercio del poco más de medio millón de habitantes del territorio. El Legislativo de Transnistria, que rompió sus lazos con Moldavia tras un conflicto armado (1992-93) que costó cientos de vidas, estudia ahora introducir la legislación rusa en todo el territorio, como preludio a la unificación con Rusia. En la economía transnistria rige el rublo, y el alfabeto empleado es el cirílico moldavo, adaptación local del ruso. Moldavia aboga por la anexión de Transnistria, a lo que siempre se han negado los separatistas. Rusia defiende la integridad territorial moldava, pero también un estatus especial para Transnistria -modelo que parece querer para Ucrania-, mientras que la UE propone que la región permanezca en Moldavia como una autonomía con competencias.