La Cámara de los Comunes de Reino Unido ha votado en contra de la moción presentada por el Gobierno para autorizar una intervención militar en Siria. El texto ha recibido 285 votos en contra y 272 a favor.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho que toma nota de la negativa del Parlamento al ataque militar y ha anunciado que actuará "de acuerdo" a esta postura, informa la BBC.

El primer ministro británico, David Cameron, había considerado este jueves, antes de la votación, que sería "impensable" emprender una acción militar contra Siria si hubiera una "oposición aplastante" en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero ha advertido de que una "intervención humanitaria" sin su aval sería legal.

"Sería impensable actuar si hay una oposición aplastante en el Consejo de Seguridad", ha afirmado Cameron en una comparecencia parlamentaria, al ser preguntado sobre si Reino Unido seguirá adelante con sus planes si encuentra oposición en el Consejo de Seguridad.

Cameron ha expuesto este jueves ante la Cámara de los Comunes la postura que ha mantenido desde la semana pasada en sus constantes contactos con los líderes internacionales. El 'premier' ha insistido en la necesidad de responder al ataque con armas químicas ocurrido el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco.

Según Cameron, los servicios de Inteligencia consideran "altamente probable" que el régimen de Bashar al Assad fue el responsable de dicho ataque. Aunque ha insistido a título personal de que está seguro --"más allá de toda duda"-- de la responsabilidad del Gobierno sirio, ha advertido de que nunca habrá "certeza al cien por cien".

"No se trata de tomar postura en el conflicto, ni de invadir, ni de un cambio de régimen o de colaborar más estrechamente con la oposición", ha añadido Cameron, que ha justificado la posible intervención como "una respuesta a un crimen de guerra".

El jefe del Gobierno británico, no obstante, ha querido marcar distancias con otros conflictos pasados y a aprender "de lo que fue mal" entonces. "No es como Irak", ha dicho, consciente de que precisamente gran parte de las reticencias de ciudadanos y diputados procede de las comparaciones entre ambos conflictos.

Por su parte, el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, no se ha mostrado completamente contrario a la intervención -incluso ha apuntado que "no descarta" apoyar al Gobierno-, pero ha pedido que la discusión no gire en torno a un "calendario artificial". "Las pruebas deberían preceder a la decisión, no al revés", ha apostillado.

El Gobierno de David Cameron ha defendido este jueves que podría actuar contra Siria en caso de que el Consejo de Seguridad de la ONU no tome una decisión al respecto y lo haría amparado por el "Derecho Internacional", en un documento en el que expone su "posición legal" respecto al asunto.

Así, asegura que existe la "base legal" para actuar en el marco de una "intervención humanitaria" siempre que haya "pruebas convincentes" de que existe un "peligro extremo" para la población; que no hay "otra alternativa" si se quieren salvar vidas y que sea "limitada en el tiempo y en su alcance" para alcanzar ese fin. Estas tres condiciones, según Londres, ya se cumplen en Siria.

"Si la acción en el Consejo de Seguridad es bloqueada, Reino Unido todavía tendría permitido bajo el Derecho Internacional adoptar medidas excepcionales para aliviar la escala de la arrolladora catástrofe humanitaria en Siria, disuadiendo y perturbando el uso adicional de armas químicas por el régimen sirio". Así lo afirma el documento publicado por el Gobierno británico.

En él, el Ejecutivo subraya que "el uso de armas químicas por el régimen sirio es un grave crimen que genera preocupación internacional", viola la prohibición del uso de este tipo de armamento y "equivale a un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad".

Sin embargo, precisa el texto, "la base legal para actuar sería la intervención humanitaria", ya que el objetivo sería "aliviar el sufrimiento" intentando impedir nuevos ataques de este tipo.

El Gobierno británico recuerda que está trabajando para que haya una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condene el uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar al Assad, reclame que Damasco "cumpla con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional" y autorice a los estados miembro a emprender "todas las medidas necesarias para proteger a los civiles en Siria" de nuevos ataques, además de remitir la cuestión de Siria al Tribunal Penal Internacional (TPI).

Pero si el Consejo de Seguridad no actúa --algo que parece probable dada la posición manifestada tanto por Rusia como por China-- el Gobierno de David Cameron asegura que cuenta con la "base legal" en virtud de la "doctrina de intervención humanitaria" siempre que se den tres condiciones.

Así, según Londres, tiene que haber "pruebas convincentes, generalmente aceptadas por la comunidad internacional en su conjunto, de peligro humanitario extremo a gran escala, que requiera un alivio inmediato y urgente".

Igualmente, "tiene que estar objetivamente claro que no hay una alternativa practicable al uso de la fuerza si se quiere salvar vidas", y, por último, "el propuesto uso de la fuerza debe ser necesario y proporcionado con el fin de aliviar la necesidad humanitaria y debe estar estrictamente limitada en el tiempo y el alcance".

El Gobierno británico defiende que "las tres condiciones se cumplirían claramente en este caso". Así, da por hecho que tras dos años de conflicto en el que han muerto más de 100.000 personas y ante el reciente uso de armas químicas, "es probable que el régimen trate de usar esas armas otra vez", provocando más víctimas y refugiados.

Dados los intentos infructuosos por sacar adelante resoluciones en la ONU en los dos últimos dos años, Londres considera que si en esta ocasión tampoco hay resolución del Consejo de Seguridad "no habrá alternativa al uso de la fuerza".

"En estas circunstancias, y como medida excepcional sobre la base de la apabullante necesidad humanitaria, la intervención militar para atacar objetivos específicos (...) sería necesario y proporcionado y por tanto legalmente justificable", concluye el documento.