El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha indicado su disposición a actuar de mediador en un eventual alto el fuego en Libia para evitar que ese país se convierta en un "segundo Irak" o "un nuevo Afganistán".

En una entrevista con el diario británico The Guardian, Erdogan advierte de que un conflicto prolongado podría tener consecuencias desastrosas tanto para Libia como para los países de la OTAN.

Según Erdogan, Turquía se va a encargar de administrar, en coordinación con la OTAN, el aeropuerto y el puerto de Bengasi, plaza fuerte de los rebeldes contrarios al líder libio Muamar al Gadafi, para facilitar la llegada de ayuda humanitaria.

"Nos hemos opuesto a toda acción unilateral y jamás podríamos aceptar llamamientos como el del ministro francés a favor de una nueva cruzada", advierte Erdogan en referencia a unos comentarios del titular francés del Interior, Claude Guéant.

Erdogan explica al periódico que su Gobierno cumplirá sus obligaciones de acuerdo con la resolución 1973 de la ONU, pero que en ningún caso disparará contra libios o arrojará bombas sobre la población de ese país.

"El papel de Turquía será el de retirarse de Libia tan pronto como sea posible" y "restablecer la unidad e integridad del país sobre la base de las demandas democráticas del pueblo" libio, agrega el líder turco.

Según Erdogan, "es vital que el despliegue (militar) no obedezca sólo al petróleo. Claro que esas acciones tendrán un precio y nadie puede garantizar que Libia no vaya a tener que pagarlo".

En continuas referencias a Irak y Afganistán, Erdogan afirma que Irak sigue "pagando el precio" de la guerra del Golfo de 1991.

"Temo que podría resultar otro Afganistán o un nuevo Irak. Cuando las fuerzas occidentales entraron en Afganistán hace casi diez años, se dijo que se saldría de allí en cuestión de días, y lo mismo ocurrió en Irak. Pero han muerto un millón de personas y una civilización se ha derrumbado. No queremos ver repetirse eso en Libia", dice Erdogan.

El primer ministro advierte de que si se prolonga el conflicto, los países que lleven a cabo los ataques aéreos van también a sufrir las consecuencias.

"Será devastador para el conjunto del pueblo libio y las repercusiones no se limitarán a Libia sino que tendrán un impacto directo en los países que han intervenido. Hay una guerra civil en Libia y tenemos que ponerle fin", afirma tajante.

Erdogan dice haber hablado varias veces con Gadafi antes de que comenzaran los ataques aéreos y con el primer ministro libio desde entonces mientras que el ministro turco de Exteriores está en contacto con la oposición en Bengasi.

Según el primer ministro turco, es esencial que se mantengan los contactos: "Gadafi quiere un algo el fuego. Esto es algo que surgió en mi conversación con el primer ministro (libio)".

"Es importante que esas circunstancias maduren. No hay consistencia en el hecho de seguir disparando mientras se reclama un alto el fuego", dice.

Según Erdogan, si las dos partes en conflicto piden a Turquía que haga el papel de mediador, su Gobierno está dispuesto a dar los pasos necesarios en el marco de la OTAN, la Liga Árabe y la Unión Africana.

"No podemos hacer caso omiso de las libertades y derechos democráticos que reclama el pueblo libio, y no se pueden postergar los cambios y transformaciones", explica también Erdogan, según el cual un líder como Gadafi, que no ocupa una posición oficial, podría "poner las bases de esa transformación".

Erdogan se muestra por otro lado muy crítico hacia los gobiernos europeos, de los que dice que no han entendido el hecho de que Turquía haya abrazado al mismo tiempo "el Islam y la democracia".

En sus negociaciones para entrar en la Unión Europea, Turquía, dice el primer ministro, se ha enfrentado a obstáculos con los que no ha tropezado antes ningún otro país.