Una vez más,Ciudad Juárez, considerada la población más violenta del país con un millar de crímenes vinculados al crimen organizado de los más de 5.000 cometidos este año, sufrió las trágicas consecuencias de las pugnas de los cárteles de drogas y otras mafias criminales.

En esta localidad norteña, fronteriza con El Paso (Estados Unidos) y situada en el estado de Chihuahua, un grupo armado irrumpió la pasada madrugada en un bar denominado "Alamo's" y abrió fuego contra los presentes.

El ataque, que dejó cinco muertos y cuatro heridos, es el segundo de estas características cometido en las últimas dos semanas, después de que el viernes de la semana pasada ocho hombres resultaron muertos al ser acribillados en una marisquería.

También en Ciudad Juárez, una pareja y un hombre fueron asesinados a tiros cuando se desplazaba con sus vehículos.

Además fueron hallados tres cadáveres más, uno en un campo de fútbol y otros dos en el sureste de la ciudad.

Estos últimos tenían entre 25 y 30 años de edad y estaban envueltos en cobijas (mantas) y atadas de pies y manos, como si hubieran sido asesinadas por sicarios del crimen organizado.

Por otra parte, en Tecate, otra localidad norteña, aunque en este caso perteneciente al estado de Baja California, limítrofe con California (EEUU), dos personas murieron por impactos de bala y otra quedó gravemente herida en un ataque perpetrado la noche del sábado.

Casi al mismo tiempo que la violencia se cernía sobre Ciudad Juárez y Tecate, los habitantes de la comunidad de Palos Blancos, en el estado sureño de Guerrero, eran testigos involuntarios de varios enfrentamientos consecutivos entre militares y supuestos sicarios del crimen organizado.

En los choques armados, que duraron media jornada y en los que también intervinieron policías, perdieron la vida un soldado y nueve integrantes del grupo armado que se enfrentó a las fuerzas castrenses.

Según la Secretaria de Seguridad Pública, todo comenzó con un tiroteo entre dos grupos rivales de la delincuencia organizada, que obligó al Ejército y a las policías federal, estatal y municipal a intervenir.

Al llegar al lugar, los uniformados fueron recibidos a tiros, lo que propició un intercambio de disparos en el que murieron los nueve sicarios y el militar, y resultaron heridos dos agentes policiales.

Tras los tiroteos, que comenzaron a las tres de la madrugada y terminaron cerca de las dos de la tarde del día de hoy, las autoridades encontraron otro cadáver en un vehículo abandonado y decomisaron otros diez automóviles, 14 armas largas y 5 cortas, además de dos granadas de mano.

En el poblado de Palos Altos unos 400 soldados y efectivos de las distintas corporaciones policíacas han acordonado la zona de los enfrentamientos.

Por otra parte, en la ciudad de Chilpancingo, capital de Guerrero, se encontraron dos cabezas humanas cercenadas dentro de un cubo a un costado del Instituto Tecnológico local con un mensaje de amenaza: "Esto les va a pasar a todos los secuestradores y robacarros, pinches lacras".

La violencia del crimen organizado parece no tener freno en México pese al despliegue de miles de militares y policías por las zonas más conflictivas, decretado por el presidente del país, Felipe Calderón.

Algunos sectores critican al gobernante por haber encarado de manera frontal a los cárteles de droga, sin una estrategia integral para poner fin al narcotráfico, aunque recientemente el mandatario ha logrado la detención de varios mandos policiales corruptos que filtraban información a los criminales.