Medvédev, en el poder desde mayo pasado, sorprendió a todos al proponer la reforma de ese artículo constitucional hace una semana en su primer mensaje sobre el estado de la nación en presencia de los altos funcionarios del país en el Kremlin.

De esta forma, el presidente que salga elegido en las próximas elecciones presidenciales previstas para 2012 podría permanecer en el poder hasta 2018.

Además, el líder ruso también envió al Parlamento el proyecto para modificar el artículo 93 e incrementar de cuatro a cinco años la legislatura de la Duma, según informó el Kremlin en un comunicado.

Otra de las propuestas enviadas a la Duma es la de someter la gestión del Gabinete de Ministros, que actualmente encabeza el primer ministro y ex presidente Vladímir Putin, al control del Legislativo, para lo que habría que cambiar el artículo 103.

Según ese proyecto de ley, el Gobierno deberá exponer anualmente ante la Duma los resultados de su gestión, algo insólito hasta ahora, y también responder a las cuestiones planteadas por los diputados.

"Las reformas podrían entrar en vigor a principios del próximo año", aventuró Serguéi Mirónov, presidente del Senado y adalid de la ampliación del mandato presidencial.

Para la aprobación de las reformas constitucionales se necesita el apoyo de dos tercios de los diputados de la Duma, controlada por el partido del Kremlin, Rusia Unida, por lo que se da por hecho.

Putin, presidente entre 2000 y 2008, se negó siempre a modificar la Constitución, especialmente en lo que se refería a permitir tres mandatos presidenciales consecutivos, aduciendo que esa reforma podría poner en peligro la estabilidad del país.

En su mensaje sobre el estado de la nación, Medvédev, que llegó al Kremlin con la vitola de liberal, también subrayó la necesidad de que los partidos políticos minoritarios tengan acceso al Legislativo y propuso que los partidos que obtengan entre el 5 y el 7 por ciento de votos "reciban uno o dos escaños" en la Duma.

En caso de ser aprobadas, las propuestas del presidente ruso serían las primeras enmiendas a la Ley fundamental postsoviética desde su aprobación en referéndum en 1993.

"No se trata de una reforma de la Constitución, sino de una corrección de la Constitución; de enmiendas importantes, que precisan pero no afectan la esencia jurídica ni política de las instituciones existentes", explicó Medvédev.

Los analistas apuntan que las enmiendas buscan fortalecer la figura del presidente precisamente en un momento en que la crisis financiera global ha afectado seriamente a la economía nacional, que había crecido por encima del 7 por ciento en seis de los últimos ocho años.

Mientras, comentaristas independientes apuntan que la ampliación del mandato presidencial es el primer paso para el regreso de Putin al Kremlin en 2012 o incluso antes.

Según ese escenario, Medvédev, que apenas se ha desviado de la política aplicada por su antecesor, sería una mera figura de transición que sería marginada en cuanto se disuelvan los peores nubarrones de la crisis.

El diario de negocios "Védomosti", que cita fuentes del Kremlin, apuntó que Medvédev podría dimitir de su cargo ya en 2009, allanando el camino para el regreso triunfal del "salvador" Putin.

Seguidamente, tendrían lugar elecciones presidenciales anticipadas, tras lo que Putin podría ejercer la jefatura del Kremlin de 2009 a 2021, es decir, los dos mandatos consecutivos de seis años cada uno que permitiría la nueva Constitución.

Por otra parte, la enmienda en relación a la Duma, que ha perdido representatividad a pasos agigantados en los últimos años, podría servir para mejorar la imagen del Parlamento en la sociedad.

En la actualidad, la Duma se limita a ratificar las iniciativas del presidente, del gobierno y, en el mejor de los casos, de la mayoría parlamentaria -Rusia Unida- afín al Kremlin.

Las enmiendas fueron bien recibidas por los partidos oficialistas y nacionalistas, pero no así por los liberales.

De hecho, la oposición democrática rusa anunció ayer que saldrá a las calles para protestar contra esas enmiendas constitucionales.

"Protestaremos contra los cambios constitucionales y también contra la gestión de la crisis financiera", aseguró a Efe Ludmila Mámina, portavoz de "La Otra Rusia", organización que agrupa a liberales, nacionalistas y activistas de izquierda.

Los opositores tienen previsto celebrar las marchas de protesta el próximo 6 de diciembre en Moscú y el 7 del mismo mes en San Petersburgo.