Al igual que los partes médicos o los atestados policiales, las negociaciones políticas también tienen su lenguaje propio. El BNG y el PSOE difundieron ayer un comunicado conjunto en el que aseguran que "avanzan a buen ritmo". La expresión se ha convertido en una de las muletillas desde el inicio de las conversaciones. Pese a que los negociadores de ambos cumplen hoy el décimo día de reuniones, y que han mantenido encuentros maratonianos, en ocasiones de más de seis horas, los "avances a buen ritmo" no les han llevado todavía a un acuerdo de gobierno y tampoco han sido obstáculo para que el BNG asegurase el lunes que los progresos en las cuestiones cruciales eran "ligerísimos". El compromiso de negociación con "luz y taquígrafos" adquirido por las dos fuerzas se traduce así en escuetos comunicados, con expresiones como "BNG y PSOE siguen haciendo un esfuerzo de síntesis en las áreas en las que existe menor coincidencia".

Puntos de fricción

Las áreas a las que se refieren las dos fuerzas políticas son la reforma del Estatuto de Autonomía y la "deuda histórica", los dos puntos en los que nacionalistas y socialistas se afanan en buscar una salida de consenso desde el pasado fin de semana.

Con el inicio de las conversaciones para el diseño del organigrama, la lista de dificultades se amplía. Los dos partidos tendrán que acordar ahora qué criterio utilizar para definir el número de consellerías que le corresponde a cada uno -voto o escaños- o el número de vicepresidencias de la futura Xunta, lo que se perfila como el caballo de batalla; además de a quién propondrán el lunes para presidir el Parlamento gallego.