La Dirección General de Costas ha aprobado definitivamente el proyecto para la recuperación ambiental del entorno de la playa y marisma de Vilariño, unas obras en las que el Ministerio de Medio Ambiente invertirá más de 1,9 millones de euros y que el Concello de Cangas venía reclamando desde el año 1987. "Yo llevo ocho años peleando por este proyecto y por fin sale adelante", manifestó ayer con satisfacción el alcalde José Enrique Sotelo. "Tenemos el informe favorable y las obras se licitarán de inmediato", adelantó.

Las actuaciones proyectadas, que superaron ya el proceso de información pública y que cuentan con los pertinentes informes de Xunta de Galicia y Concello de Cangas, permitirán básicamente conectar el muelle del río Esteiro con la Alameda de Aldán mediante un paseo, así como la recuperación de dunas en la zona de dominio público y en la playa de Vilariño.

La resolución de la Dirección General de Costas, con fecha de 5 de febrero, confirma la presentación de diez alegaciones al proyecto, algunas de las cuales se han tenido en cuenta, cuando menos en parte, y han derivado en modificaciones, como la reducción de la pasarela de madera prevista, cuyo ancho disminuye en la zona de la laguna.

La mayoría de las reclamaciones fueron presentadas por particulares con propiedades en la zona y cuyos accesos se verán afectados por la desaparición del vial que hoy circunda la playa, prevista en el proyecto. Costas desestima todas las alegaciones que proponen el mantenimiento de esa vía porque, afirma el departamento estatal en su informe, "en caso de permanecer no se llevaría a cabo ninguna recuperación de la zona de playa y en este caso lo más adecuado sería no hacer actuación alguna".

Recuerdan desde Medio Ambiente que el proyecto contempla la ampliación y mejora del vial lateral existente, que dará acceso "a todas las propiedades" y que la carretera a suprimir se encuentra "en su totalidad en dominio público".

También en respuesta a las alegaciones de los colectivos ecologistas, la Dirección General de Costas opta por reducir el ancho de la pasarela prevista en la zona de la laguna de 2,30 a 1,5 metros "con el fin de afectar lo menos posible a la vegetación existente". Declina en cambio modificar su trazado porque "entonces discurriría por propiedades privadas"; confirma que no se producirá "ningún dragado" en el riachuelo al que vierte la laguna y ni aportaciones de arena exterior a la playa. En cuanto a las edificaciones dentro de dominio público, "se demolerán todo tipo de construcciones, siempre y cuando no tengan un valor singular".