El Celta quiere que Gustavo López continúe una temporada más en el club y el argentino mantiene que desea retirarse vestido de celeste. En estas circunstancias, su renovación debiera resultar más simple que el tortuoso proceso del pasado verano. El jugador exige conocer su futuro antes de junio.

El director deportivo, Félix Carnero, matiza que aún debe tratar este caso con el presidente. Su prioridad en el capítulo de renovaciones es Contreras, con el que ya ha habido contactos. Reconoce, sin embargo, que el rendimiento de Gustavo López está siendo satisfactorio y que el club, en consecuencia, desea retenerlo. Aunque sin concretar la fecha, Carnero querría solventar la negociación mucho antes del final de la campaña. El mes de febrero aparece como referencia.

Gustavo López, de vacaciones en Argentina, recibe ese manifiesto de intenciones con alegría. "Ellos (la directiva celeste) conocen que mi intención es terminar mi carrera en el Celta. Estoy encantado con todo lo que se diga de mi renovación. Es agradable que quieran contar con uno. Lo que no voy a hacer es esperar hasta junio. El verano pasado me resultó duro, con un ida y vuelta terrible. Esta vez quiero conocer mi futuro mucho más rápido".

La última renovación del zurdo fue angustiosa. Durante mucho tiempo se dio por hecho que prescindirían de sus servicios y de ahí que Balaídos le rindiese homenaje en el último partido de Liga ante el Getafe. Vázquez recomendó finalmente su renovación pero eso no impidió que el pacto requiriese un tenso tira y afloja entre ambas partes. Tan afectado se sintió López que en pretemporada renunció a ser uno de los capitanes para limitar sus contactos con la directiva.

En eso se mantiene. "En las anteriores negociaciones participé de forma conjunta con mi padre (que ejerce de agente). Ahora será él en exclusiva el que lleve el asunto. En aquel mes de junio hubo cosas que no me gustaron y no quiero volver a pasar por lo mismo. La noticia de que se plantean renovarme me hace feliz y espero que empecemos a hablar lo antes posible. Lo demás es un proceso natural en el fútbol".

Gustavo López tuvo que reducir al máximo su ficha para adaptarse a la oferta del Celta. Ahora no desea anticipar si pedirá un aumento gracias a su titularidad. "El dinero no es lo importante cuando uno se siente feliz. Lo he demostrado con hechos. Lo primero es que ellos nos manifiesten su intención. Si en febrero podemos entablar el diálogo, mejor que en marzo o en abril. Que al menos conozca sus planes", insiste.

Lo que tiene claro es que en el próximo ejercicio estará jugando al fútbol de forma profesional. "Al final de la pasada Liga dije que me sentía con cuerda para dos años más. Ojalá pueda ser en Vigo. Si no, me buscaré la vida. Pero la prioridad es para el Celta, el club con el que me identifico".

Trabajo y éxito

López encara los contactos desde una posición diametralmente opuesta a la de hace doce meses. Entonces era uno de los excluidos habituales de las convocatorias; hoy es un titular indiscutible, explosivo en el arranque y capaz de recuperar el puesto tras una lesión. "Uno no puede darse nunca por vencido", explica. "La palabra éxito va detrás de la palabra trabajo en el diccionario. Desde el principio de temporada me propuse revertir aquella situación, porque siempre había jugado mucho en el Celta. Éste es el resultado del sacrificio".

Ya despedido por el estadio y homenajeado en una cena posterior, Gustavo López es una especie de resucitado para el celtismo. ¿La hinchada tendrá que despedirlo entonces definitivamente en junio de 2008? "Ojalá. Agradezco el trato de la gente. Ellos fueron en gran medida responsables de que yo me quedase y espero conservar ese `feeling´ con la afición hasta el último día".