La asociación DOA inicia la recaudación para la primera residencia de salud mental del área

El colectivo estima que solo su construcción necesita una inversión de entre 2,5 y 3 millones de euros

Solicita la colaboración de las entidades públicas para lograr los fondos y terrenos

Las más cercana está en Vilagarcía

La asociación DOA inicia la recaudación para la primera residencia de salud mental del área.

La asociación DOA inicia la recaudación para la primera residencia de salud mental del área. / Alba Villar

Cuentan que, en la actualidad, se trata de casos puntuales, pero en la asociación DOA prevén que sean más numerosos en un futuro cercano y quieren estar preparados. La junta directiva acaba de aprobar el inicio de los trámites para construir una unidad residencial para personas con trastorno mental grave que no sean capaces de vivir solas y carezcan de un núcleo familiar que les pueda atender. Si son capaces de llevarla a cabo, será la primera que exista en el área sanitaria de Vigo. Necesitan recaudar entre 2,5 y 3 millones de euros para su construcción y esperan negociar la cesión de los terrenos con algún ayuntamiento.

Desde la década de los 90, los sistemas de salud públicos dieron el paso hacia la desinstitucionalización de estos pacientes, en la línea de que pudieran continuar sus vidas con el apoyo que precisaran, pero integrados en su comunidad. Se cerraron los psiquiátricos y se crearon diversos dispositivos, como los pisos tutelados –hay 191 en Galicia– o los centros de rehabilitación –estos últimos, de atención diurna–. Para aquellos casos en los que esta vía de la autonomía no es posible, se contemplan las unidades residenciales específicas de salud mental.

Aunque funcionan con conciertos con la Consellería de Sanidades, todas ellas son de iniciativa privada. Fundamentalmente, de asociaciones de pacientes. La más cercana es la que creó Lar en Vilagarcía de Arousa. Luego están la de Troncoso, en Ourense; la de la asociación Morea, en A Peroxa; la de APEM, en Cee; y la de A Mariña, en Cervo. Esta última acaba de inaugurar una segunda unidad, que añade 25 plazas aún sin pacientes, a las 131 concertadas que suman las cinco anteriores. La plataforma Eume Ortegal tiene en marcha las obras para habilitar otra.

Hace tiempo que en DOA hablan de la posibilidad de embarcarse en este proyecto por la carencia de recursos residenciales en el área viguesa. Pero la envergadura de la empresa les había disuadido. Hasta ahora. Por el momento, no han sido muchos sus usuarios que han necesitado acceder a un centro de estas características, pero con el envejecimiento de los cuidadores esperan que sea algo cada vez más habitual.

Señalan que en los casos que sí se ha necesitado, los remiten a plazas concertadas de otras áreas, con los consecuentes trastornos para las familias. Tener al paciente lejos no solo supone gasto de dinero y tiempo en los desplazamientos, sino tardar más en llegar cuando sucede algo y es necesaria o conveniente su presencia.

Además, explican desde la asociación que estas unidades han llegado a tener años de lista de espera, por lo que si el ingreso en una residencia no puede esperar, se derivan a centros de atención a la dependencia, competencia de la Consellería de Política Social.

La unidad residencial que aspira a construir DOA tendrá 25 plazas. Es lo que permite la legislación actual. Según un cálculo de la Confederación de Salud Mental de España (Feafes) necesitan entre 2,5 y 3 millones de euros, solo para su construcción, sin incluir la adquisición de los terrenos. Ahora iniciarán una ronda de contactos con Administraciones locales para sondear la posibilidad de la cesión de estos. Como desarrollan su actividad principalmente con usuarios de Vigo, Porriño y O Morrazo, están interesados en que sea en esta zona. También se pondrán en contacto con todo tipo de entidades para sacar adelante este sueño.

Han habilitado una cuenta para que todo aquel que desee colaborar con el proyecto pueda hacer sus donaciones –ES70 2080 5000 6630 4021 2614–. Esta entidad sin ánimo de lucro tiene un presupuesto anual de menos de un millón de euros, con el que no es capaz de ahorrar.

DOA, que se creó en febrero de 1987, es una entidad de acogida, apoyo, autoayuda, de atención y de representación de las personas con problemas de Salud Mental y sus familias, que proyecta interna y externamente un discurso normalizador de la enfermedad mental.

Una carrera de fondo

En la Asociación DOA de Atención a la Salud Mental son incapaces de hacer un cálculo sobre cuánto tiempo les llevará hacer realidad este proyecto.

Cuentan que en la que está en construcción en Eume- Ortegal llevan trabajando más de cuatro años.

Además de reunir el dinero necesario, su plan pasa por negociar la cesión de terrenos por parte de algún ayuntamiento. También deberán coordinarse luego con la Consellería de Sanidade para la concertación de las plazas y poder sufragar así un servicio que precisa de un cuidador por cada cuatro residentes.

Povisa anuncia la llegada de un nuevo jefe de Urgencias tras la fuga de una decena de sus médicos en tres meses

El Hospital Ribera Salud Povisa vive momentos complicados. Además de entrar en la recta final de la última prórroga del concierto con el Servizo Galego de Saúde –faltan solo cinco meses para que concluya sin que haya trascendido cuál será el acuerdo–, el centro sufre un goteo constante de fuga de profesionales de diversas categorías y servicios. Una de las áreas en las que esto está ocasionando problemas es en su Servicio de Urgencias.

Descontentos con sus condiciones y tras diversos contactos para mejorarlas –en Povisa hay servicios que negocian las condiciones particulares de sus facultativos– en el primer trimestre de este año han salido una decena de la treintena de facultativos de la plantilla del servicio, según confirman diversas fuentes.

Cubrir este volumen de vacantes en un periodo tan corto de tiempo y en un contexto de déficit de facultativos de familia –principal especialidad de la que se nutre Urgencias, hasta que empiece a recibir profesionales de su recién creada especialidad– no es tarea fácil. Fuentes internas señalan que el grupo Ribera Salud ha echado mano de profesionales de otros hospitales en la comunidad para hacer guardias, entre otras medidas.

A esto se suma que el jefe de servicio hasta el momento, el doctor Ángel Martín Joven, se acaba de jubilar –aunque mantiene alguna consulta en Medicina Interna–.

Para aplacar la “intraquilidad” existente, en una sesión formativa celebrada la semana pasada, la Dirección de Enfermería anunció la llegada de un nuevo jefe de Urgencias con su equipo, aunque no abundó en el asunto.

Cuentan desde el centro, que la fuga de profesionales ya se nota desde hace dos o tres años en el colectivo de Enfermería, que encuentra mejores ofertas fuera.

En cuanto a los especialistas médicos, otro de los servicios que ha atravesado importantes dificultades es el de Cardiología, en el que coincidieron varios permisos de maternidad y bajas médicas con la salida de profesionales hacia otros destinos.

También están dando que hablar las salidas de profesionales de Anestesia, que en Povisa se hacen cargo además de la UCI.

Diversas fuentes, señalan que la congelación salarial durante algunos años, sumado al cambio de perfil entre los profesionales, que ahora valoran más su tiempo libre y poder decidir cuándo hacen horas extras, está provocando una salida de profesionales hacia el sector público en el que, en la actualidad, hay demanda.

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